Bethany Nowviskie y Neatline o de cómo las humanidades digitales ponen en valor un trabajo de geografía escolar de 1823
15 noviembre, 2014 Deja un comentario
Múltiples iniciativas están mostrando el vigor de la historia digital. De mis hallazgos en la primera quincena de noviembre de 2014 destaco la labor que está llevando a cabo Bethany Nowviskie, en la Universidad de Virginia.
Bethany Nowviskie, directora del Digital Research & Scholarship que incluye los Scholar’s Lab en la University of Virginia Library, anima el website nowviskie.org, donde escribe y reflexiona sobre las humanidades digitales. The Chronicle of Higher Education la eligió en 2013 una de las «Ten Tech Innovators». También ha tenido mucho eco este año su conferencia «The Digital Humanities in the Anthropocene» que leyó en Lausanne Melissa Terras durante la conferencia DH2014. La ha traducido al español, como ha podido, Alex Gil. (ver aquí)
En su lugar de trabajo Bethany Nowviskie está impulsando productos como Neatline, una magnífica herramienta digital, de acceso libre y de código abierto, para contar y mostrar visualmente historias con mapas, pinturas, fotografías, -todo lo que pueda ser capturado como imagen- y líneas del tiempo con el objeto de mejorar nuestra interpretación de productos culturales. Nowviskie la define así en su post Neatline & visualization as interpretation: «It’s a geotemporal exhibit-builder that allows you to create beautiful, complex maps, image annotations, and narrative sequences from collections of documents and artifacts, and to connect your maps and narratives with timelines that are more-than-usually sensitive to ambiguity and nuance. Neatline (which is free and open source) lets you make hand-crafted, interactive stories as interpretive expressions of a single document or a whole archival or cultural heritage collection».
De la docena de proyectos que se muestran en la presentación de la herramienta -en la sección Demos– me ha llamado la atención el dirigido por la misma Bethany Nowviskie: «Inventing the Map»: Frances Henshaw’s Book of Penmanship, cuyos fundamentos explicó en 2010 en la publicación digital The Poetess Archive Journal en un artículo (ver aquí).
En él se aprecia cómo la representación cartográfica de los territorios que formaban los Estados Unidos en 1823 por una joven de 14 años muestra las prácticas docentes de la educadora reformista Emma Willard (1787-1870), impulsora de la enseñanza a las mujeres. Esta educadora, a la que se define como «una hija de la democracia» norteamericana, desarrolló una nueva, visual y experimental pedagogía basada en el dibujo y en el trabajo con mapas impresos. Emma Willard fue consciente de cómo su labor impactó en la comprensión espacial e histórica de los tiempos fundacionales de los Estados Unidos al afirmar: «En historia yo he inventado el mapa».
En este proyecto de Neatline se muestra y se desmenuza mediante las tecnologías geoespaciales el singular artefacto cartográfico y textual que hizo una de las alumnas de Emma Willard en una pequeña escuela para mujeres del oeste de Virginia. Esta alumna era Frances Alsop Henshaw, de 14 años, hija de un próspero negociante. Uno de sus trabajos escolares se conserva en la David Rumsey Map Collection. Es un cuaderno que contiene, entre otros materiales, una serie de mapas dibujados a mano y a color de diecinueve estados norteamericanos. Cada uno de ellos está descrito de manera artística con textos seleccionados de obras geográficas de la época. Estas son imágenes correspondientes al estado de Maine.

Representación del Estado de Maine por Frances A. Henshaw. El mapa se encuentra en la David Rumsey Map Collection

Explicación de las características del estado de Maine en 1823 por Frances A. Henshaw. De su cuaderno existente en la David Rumsey Map Collection
La David Rumsey Map Collection conserva también el trabajo de otra estudiante de Vermont, hecho cuatro años antes, en 1819. Se trata del cuaderno de Harriet E. Baker que se puede visualizar aquí. Su representación de Maine, por aquel entonces un distrito de Massachussets, era diferente al que haría cuatro años después Frances Henshaw, como se aprecia en el siguiente mapa.