Los contenidos del boletín de la HPS&ST de mayo 2019: una perspectiva global sobre la enseñanza de las ciencias

 

El editor de este boletín es el profesor Michael R. Matthews de la School of Education, UNSW, Sydney 2052, Australia, autor de  Science Teaching: The Contribution of HPS, con traducción al castellano,  Feng Shui: Teaching About Science & Pseudoscience; y editor de Mario Bunge Festschrift.

Michael R. Mathews

 

El número correspondiente a mayo de 2019 del boletín está accesible en 

https://www.hpsst.com/hpsst-note.html

con los siguientes contenidos:

Introduction

International Congress on the History of Science in Education,
May 30 – June 1, 2019, Vila Real, Portugal

15th International History, Philosophy and Science Teaching Group (IHPST) Biennial Conference, Thessaloniki, July 15-19, 2019

epiSTEME 8, January 3 – 6, 2020, Mumbai, India

Structuring Nature: An Interdisciplinary and Intercultural Summer School, Berlin, 28 July – 3 August 2019

New Editor of Science & Education Journal

What are the Philosophical and Interdisciplinary Foundations of STEM Education?  SC&ED Journal Special Issue

Interactive Historical Atlas of the Disciplines

University of Pittsburgh HPS Programme and Events

Scientific Literacy for All, Beijing Normal University, Oct.29-30, 2019

Interview with Mario Bunge

Opinion Page: The Metaphysics of Science and Aim-Oriented Empiricism, Nicholas Maxwell

PhD Theses in HPS&ST Domain: Gerda Maisa Jensen, University of São Paulo

Recent HPS&ST Research Articles

Recent HPS&ST Related Books

Coming HPS&ST Related Conferences

Esta es una información complementaria para quienes deseen suscribirse a este boletín:

This HPS&ST monthly Note is sent to about 7,800 individuals who directly or indirectly have an interest in the connections of history and philosophy of science with theoretical, curricular and pedagogical issues in science teaching, and/or interests in the promotion of more engaging and effective teaching of the history and philosophy of science.

The note is also sent to different HPS lists and to science education lists.  It is an information list, not a discussion list.

The note seeks to serve the diverse international community of HPS&ST scholars and teachers by disseminating information about events and publications that connect to HPS&ST concerns.

Please do feel free to forward this email to any local, national or international lists whose members you think would appreciate knowing of the Note and its web location.  Forwarding the notification email is a very easy and efficient way of multiplying the readership and so increasing awareness of HPS&ST matters.

Contributions to the note (publications, thematic issues, conferences, Opinion Page, etc.) are welcome and should be sent direct to the editor:

Michael R. Matthews, UNSW, m.matthews@unsw.edu.au .

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Avances en Digital History: 1 a 7 de mayo 2018

 

Digital History 7 de mayo 2018

Selecciono y organizo una serie de noticias e informaciones ofrecidas por Amy Williams @a_williams06 en su útil PaperLI dedicado a la historia digital correspondiente al ejemplar del 7 de mayo de 2018.

PROYECTOS

FUENTES DIGITALES

ARTÍCULOS

ENTREVISTAS A HUMANISTAS DIGITALES

CONFERENCIAS

CURSOS

VIDEOS

EVENTOS

Un podcast de la Biblioteca Tomás Navarro Tomás del CSIC para conmemorar el centenario de la fundación del Instituto-Escuela

El diario El Sol del domingo 12 de mayo de 1918 se hizo eco en su primera página, de forma destacada, de la publicación el día anterior de un real decreto en la Gaceta de Madrid, por el que el ministro Santiago Alba creaba el Instituto-Escuela de Enseñanza Secundaria. El suelto en el que se hacia eco de esa iniciativa se tituló «Reformas en la Instrucción Pública. Un ensayo trascendental».

El Sol 12 de mayo 1918 portada

Un siglo después la biblioteca Tomás Navarro Tomás del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha editado un podcast para conmemorar el centenario de la creación de ese centro de enseñanza, adscrito a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, y que tendría hondas repercusiones en los años posteriores en el sistema educativo y científico.

Ese podcast, accesible aquí, está basado en el siguiente texto, de mi autoría, que reproduzco a continuación, acompañado de información adicional elaborada por mis colegas de la mencionada biblioteca, que han hecho un magnífico trabajo para evocar la importancia que tuvo el Instituto-Escuela de la JAE durante las dos décadas de su existencia.

En una de sus muy numerosas reflexiones pedagógicas Francisco Giner de los Ríos, el Retrato de Giner de los Ríosfundador de la Institución Libre de Enseñanza, afirmaba que «lo que más le falta a nuestro pueblo, en contraste con los que hoy van a la cabeza del mundo, es aquel alto, uniforme y general nivel de cultura humana suministrado por una sólida y prolongada segunda enseñanza«.

Esa constatación era ampliamente compartida hace un siglo por intelectuales, políticos, pedagogos y científicos, conscientes de la deficiente formación de los más de cincuenta mil bachilleres que asistían como alumnos oficiales a las aulas de los más de cincuenta institutos, distribuidos por el territorio español, normalmente uno por provincia.

Muchos de esos bachilleres intentaban, en efecto, acceder a la Universidad sin disponer de sólidos conocimientos, habiendo leído solo libros de texto, incapaces, por ejemplo, de distinguir una almena de una colmena, y desconocedores de hechos políticos básicos, según denunciara el filólogo e investigador del Centro de Estudios Históricos de la JAE Américo Castro en las páginas del diario El País del 12 de octubre de 1915.

José Castillejo

Para encarar el grave problema de la deficitaria formación de los bachilleres José Castillejo, uno de los últimos discípulos de Giner de los Ríos, convenció al ministro Santiago Alba, líder de la izquierda liberal, para tomar una doble decisión en la primavera de hace un siglo. Y así ese ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes fundó el Instituto-Escuela por un real decreto de 11 de mayo de 1918 y lo adscribió a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, que presidía Santiago Ramón y Cajal y de la que Castillejo era su influyente secretario.

Con esa nueva institución educativa, que empezó su andadura efectiva en el otoño de 1918 en la madrileña calle de Miguel Angel, – donde se encuentra actualmente la sede del Instituto Internacional-, el equipo directivo de la JAE pretendía reformar en profundidad la segunda enseñanza mediante una doble estrategia. Por una parte, creando un laboratorio pedagógico en el que se ensayasen nuevos métodos y se adoptasen innovadoras prácticas docentes para favorecer una formación integral de los futuros bachilleres. Por otro lado, impulsando una escuela de formación de profesores aspirantes al Magisterio secundario, que serían los agentes del profundo cambio educativo que los pedagogos y políticos reformistas del entorno de la JAE querían auspiciar.

El Instituto-Escuela fue el último jalón del conglomerado de instituciones científicas y educativas que la JAE puso en marcha a lo largo de su primera década de existencia. Y así sus investigadores y laboratorios se pusieron desde el primer momento al servicio de las innovaciones educativas que se establecieron en el Instituto-Escuela.

Laboratorio del Instituto Isabel la CatólicaEntre esas innovaciones cabe destacar las siguientes: el cultivo equilibrado de las ciencias y de las humanidades; el estímulo a la enseñanza activa y experimental y a los trabajos manuales para que el estudiantado participase personalmente en la aventura del conocimiento a través de la elaboración de sus propios cuadernos de trabajo e instrumentos; la adopción de métodos innovadores en la enseñanza de las disciplinas científicas fomentando el uso de dispositivos visuales, las excursiones escolares y la familiaridad con las prácticas de laboratorio; la potenciación de la enseñanza de las principales lenguas modernas con profesores nativos; la introducción del griego en el plan de estudios del bachillerato; la coeducación; la importancia concedida a la práctica de las actividades deportivas, por lo que diversas alumnas del Instituto-Escuela fueron las primeras campeonas españolas en esquí, o en diversas pruebas atléticas, siendo deportistas olímpicas; la introducción de la enseñanza de la música favoreciendo a través de su coro la recuperación del cancionero popular español.

En síntesis la labor educativa llevada a cabo en el Instituto-Escuela de Madrid promovió el establecimiento de todo tipo de formas de correlación entre el pensar y el hacer.

Su aliento a maneras creativas de transmitir los conocimientos y de formar el carácter y la personalidad de la juventud encontraría muchos adeptos en sus escasas dos décadas de existencia. Hay testimonios de alumnas, como la escritora Carmen Bravo-Villasante, que pasados los años evocaban cómo deseaban que transcurriesen rápidamente los fines de semana para volver a saborear el ambiente estimulante y lúdico de las aulas luminosas y de los alegres patios donde aprendían y se divertían. Alumnos que habían sufrido los sinsabores del exilio recordarían posteriormente con orgullo cómo sus profesores les habían enseñado a ser hombres libres y tolerantes, proveyéndoles de abundantes recursos para ganarse la vida como buenos profesionales en diversas actividades y variados campos del conocimiento.

Esa identificación entre un selecto grupo de profesores, muchos de ellos vinculados a instituciones de la JAE, como el Centro de Estudios Históricos, -desde donde se promovió la creación de la singular Biblioteca Literaria del Estudiante– y sus inquietos y curiosos bachilleres, permitiría una paulatina expansión de la filosofía y acción educativa del Instituto-Escuela.

Instituto Isabel la CatólicaY así el madrileño Instituto-Escuela tendría con el transcurso de los años una doble sede en Retiro y en Hipódromo, cuyos edificios albergarían, – tras la cruenta guerra incivil-, los Institutos Isabel la Católica y Ramiro de Maeztu. Y la exitosa experiencia madrileña, ya en tiempos republicanos, se expandiría en Cataluña, donde se crearon entre 1931-1937 cuatro Institut-Escola –tres en Barcelona y uno en Sabadell-, así como en Valencia, Málaga y Sevilla, cuyo director fue el historiador Juan de la Mata Carriazo, con fuertes vínculos con el Centro de Estudios Históricos de la JAE, pues era discípulo de Manuel Gómez-Moreno.

El vendaval de la «guerra incivil» desmantelaría la singular experiencia educativa de esa red de Institutos-Escuela, pero los integrantes de la España peregrina lograrían trasladar su legado a tierras americanas, particularmente a México y a la República Dominicana, y en la España franquista instituciones privadas como el Colegio Estudio también intentaron mantener viva la llama de ese ideario pedagógico partidario de una enseñanza activa destinada a crear ciudadanos libres y responsables mediante el cultivo equilibrado de las ciencias y las humanidades.

Leoncio López-Ocón Cabrera. Investigador del Instituto de Historia. CCHS-CSIC

Enlaces de interés

Paralelamente a esta iniciativa el diario El País en su ejemplar del pasado diez de mayo de 2018 publicó un artículo de Elvira Ontañón en el que también evocó la mencionada efemérides con el artículo «En el centenario del Instituto-Escuela (1918-2018», accesible aquí.

 

Un impulso a la construcción de escuelas en la ciudad de Madrid en 1918

Los déficits educativos de la sociedad española a principios de 1918 eran abrumadores. El pedagogo Lorenzo Luzuriaga, una semana antes de las siguientes reflexiones de Manuel Machado expuestas en el diario que publicaba en El Liberal, había estimado el 28 de enero en las páginas del diario El Sol (ver aquí) que era necesaria la construcción de 26 mil escuelas para que el próximo Parlamento iniciase la reconstrucción pedagógica del país.

Ante tan hercúlea tarea proliferaron las iniciativas para iniciar la labor de ir atendiendo a las numerosas necesidades que tenía la educación de la población infantil, sobre todo en grandes ciudades como Madrid. De hecho el Ayuntamiento de la capital de España había efectuado una serie de inversiones desde 1914 para mejorar sus infraestructuras educativas. Según una información de El Sol de 28 de enero de 1918 el municipio madrileño financiaba las quince clases de las Escuelas Aguirre, las once del grupo Trasmiera, las seis del denominado Ruiz Jiménez, y las escuelas de la Prosperidad. Además tenía previsto inaugurar muy en breve las Escuelas bosque de la Dehesa de la Villa y el Grupo escolar Peñalver de la calle de las Tabernillas.

A esas iniciativas se sumaban una iniciativa adoptada por el director general de primera enseñanza, el farmacéutico y naturalista de origen extremeño Marcelo Rivas Mateos (n. 1875), a la que alude elogiosamente Manuel Machado en las siguientes reflexiones, y que Rivas Mateos expuso en una carta dirigida al director del diario El Sol, que este periódico reprodujo en su edición del domingo 3 de febrero de 1918.

Lunes 4 febrero 1918

El problema fundamental de la cultura popular, de la enseñanza en general, preocupa e interesa a todos en España. Por una rara y feliz casualidad en el país del left man in the left place parece que también le interesa y preocupa al director general de Primera Enseñanza. El Sr. Rivas Mateo (a quien no conozco ni de vista) ha tenido una feliz iniciativa, que le honra en extremo: la de excitar la generosidad de las Corporaciones y aun de los particulares para la fundación de escuelas donde puedan recibir gratuitamente la papilla espiritual muchos de los niños pobres que existen en los barrios altos y bajos de Madrid, analfabetos por falta de escuelas donde aprender a leer.

Pero este admirable y extraordinario director no se ha contentado con eso. Ha ofrecido encabezar la suscripción con su sueldo de un mes. Y el noble ejemplo ha cundido entre los empleados de Instrucción pública. Yo supongo que no llegará a consentirse el sacrificio de estos generosos funcionarios; que las Corporaciones,  Bancos, Casinos y particulares poderosos se adelantarán, ganosos de servir a Madrid y a la Patria en la más alta y pura de sus necesidades. Por su parte, el Ayuntamiento se dispone a ceder algunos solares. La Asociación de la Prensa ofrece su concurso siempre  noble y desinteresado. El Banco de España…no ha dicho aún nada, que sepamos; pero lo dirá seguramente, porque nobleza obliga, y riqueza, más.

De todos modos, ha sido este rasgo de esos que conmueven el animo y levantan los corazones. Y ha venido a dar a este día de mi «calendario» una buena nota clara, del color de la esperanza.

 

Ricardo Marin 4 febrero 1918

Dibujo de Ricardo Marín

 

La mirada de Antón Costa Rico sobre tres novedades bibliográficas acerca de la historia de la educación

El pedagogo Antón Costa Rico ha dado noticia en la lista de distribución de la Sociedad Española de Historia de la Educación, en la tarde dominical del 23 de julio de 2017, de tres libros recientes publicados respectivamente en México, Francia y Brasil.

Dos de ellos me han recordado la historia del maestro republicano freinetista Antoni Benaiges, cuya historia, a partir del hallazgo de sus huesos en una fosa común exhumada en los montes burgaleses de la Pedraja en el verano de 2010, dio lugar a una investigación ejemplar que ha descubierto una «historia única, emotiva y ejemplar». La investigación se puede seguir en la obra colectiva de Francesc Escribano, Francisco Ferrándiz y Queralt Solé, Desenterrando el silencio. Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar, Barcelona, Associació Mirmanda, Blume y Ventall Edicions, 2012.

El tercero me permite acercarme mejor a una tesis doctoral que estoy leyendo en estos días: la de Joana Borges de Faria, «Os quadros parietais nas escolas do Sudeste brasileiro (1890-1970)», que se defenderá el próximo lunes 31 de julio en la Pontificia Universidade Católica de Sao Paulo. La tesis ha sido dirigida por el profesor Kazumi Munakata. Y en su jurado tendré el honor de estar presente.

Estas son las atinadas reseñas de Antón Costa Rica de tres interesantes obras.

JIMÉNEZ MIER Y TERÁN, F. (2017): Allí teníamos una imprenta! Cuadernos Freinet de los escolares de Montoliu de Lérida. México, DF: Maestros de a pie y cosas de niños. ISBN: 978-607-29-0327-2.

El profesor mejicano Fernando Jiménez Mier, quien conoció en el exilio pedagógico mejicano al profesor español (cordobés) José de Tapia Bujalance, sobre quien publicó en 2014, Un maestro singular (tercera edición, corregida y aumentada), se ha convetido ya hace décadas en el mejor y más acusado conocedor de los maestros freinetistas españoles de los pasados años veinte-treinta, con diversas publicaciones a este respecto. Quizás, bajo su incitación directa o indirecta, se fueron realizando también algunas magníficas monografías de investigación histórico-educativa, que han podido ofrecer, junto a sus textos, relatos y recuperaciones de alto y significado valor, sea mediante tratamientos máis o menos panorámicos, (de alcance español o territorial, como en el caso del Pais Valenciá), o mediante logrados estudios biográficos.
Recientemente, Fernando Jiménez nos ha presentado otro de sus estudios. Fundamentalmente, se trata de una gozosa recuperación patrimonial, la “Colección escolar de libros vividos”, es decir, los testimonios recuperados de la acción escolar y de los diarios de aula que los niños de Montoliu de Lleida compusieron con la imprenta escolar freinetiana que Jose de Tapia introdujo en el curso de 1932, convirtiéndose su escuela en la primera que en toda España utilizaba la imprenta escolar freinetiana, de la que tenían conocimiento otros educadores españoles desde 1926, sin embargo.
José de Tapia, con Herminio Almendros, Patricio Redondo, Simeon Omella desde Huesca, y otros muchos desde Burgos, Extremadura, Valencia, Andalucía…Soria… pusieron en pie la Cooperativa Española de la Imprenta en la Escuela, cuya acción se vió paralizada por el golpe, la guerra y subsiguiente dictadura franquista. Y algunos de aquellos maestros siguieron su ruta desde el exilio.

Fernando Jiménez con su paciente metodología de investigación histórica, con muy destacados acentos micro-históricos, ha conseguido reunir casi todos los cuadernos editados entre 1932 y 1934 en Montoliu, en un rastreo puerta a puerta…hasta poderlos ofrecer hoy a todos y en particular a uno de aquellos niños, que en el día de hoy aún pudo conocer esta edición.
Por su incitación, también un carrer de Montoliu lleva el nombre de Mestre Tàpies.

PATILLON, Ch. (ed.) (2016): Ouvrons de pistes…Itinéraires de 10 enseignants Freinet. Nantes: Éditions du Centro du travail. ISBN: 978-2-912228-28-4.

Ouvrons des pistes

“El 1º de noviembre de 2014, nos hemos reunido en una pequeña casa de pescadores, situada en Trentemoult, justo al borde de la Loire: eramos once…Este reencuentro respondía a la idea aceptada por todos de escribir conjuntamente nuestros itinerarios de educadores implicados durante décadas con la pedagogía Freinet. Habiéndola estudiado largamente, experimentado y vivido, nos sentimos autorizados a evocarla con un cierto realismo”.
Así comienza este relato, o mejor variado conjunto de relato de case 240 pp. que ponen a nuestra disposición finalmente diez profesoras (ocho, ellas) y profesores. Historias de vida singulares e itinerarios variados unidos por un feliz y dificil combate por la escuela justa, igualitaria y abierta. Una memoria sobre los inicios de cada quien en pedagogía Freinet, los ensayos, las luchas contra los obstáculos y las frustraciones…procurando traer palabras de apoyo a los educadores de la escuela actual que buscan otras vías de acción escolar. Afirmando convicciones, que no excluyen las dudas, nos acercan diversidad de manifestaciones de acción escolar que tienen en la Pedagogía Freinet y en las posiciones pedagógicas y socio-políticas de sus más destacados impulsores, Célestin y Élise, la mejor fuente de alimentación argumentativa. Una realidad actual, un cierto homenaje 50 años más tarde. Junto a la nota del editor, hemos de destacar un hermoso Preámbulo de Jean le Gal.

MONARCHA, C. (2017): A instruçâo pública nas vozes dos portadores de futuros (Brasil, ss. XIX-XX). Uberlândia: Editora da Universidade Federal; colec. “História, Pensamento e Educaçâo”. ISBN: 978-85-7078-420-9.

La Colección brasileña “História, Pensamento e Educaçâo”, dirigida por el profesor Decio Gatti Junior acoge este nuevo título, que es expresión de la riqueza y madurez de la actual historiografía educativa brasileira.
Una narración expositiva y crítica sobre los ‘discursos’ emitidos en los espacios públicos en favor de la educación popular, en particular, desde voces que se identifican con el liberalismo decimonónico y con el republicanismo. Más allá y más acá de los profesores y también de los cientistas de la pedagogía, que con alguna frecuencia accedieron a las esferas gubernativas y administrativas, federales o estatales de ese sigular ‘continente’ que es Brasil, fueron otras muchas las voces de periodistas, juristas, escritores, médicos, militares…que enaltecieron la ‘instrucción pública’ por su funcionalidad para ‘engendrar comunidades armoniosas’, destacando la importancia de ‘formar subditos instruídos como acción propedética para el logro del hombre social’.
Carlos Monarcha se detiene en este tipo de discursos, enfrentando una “historia social de las ideas”, como un modo distinto y complementario de narrar la historia de la instrucción popular en Brasil, desde los días finales del Imperio, a las puertas de los años 80 del siglo XX hasta los tiempos del ‘Estado Novo’ Getuliano de los pasados años 30.En particular, se detiene en los discursos que confiaron en el nuevo régimen republicano ‘como la objetivación de la razón en la historia’, como una teofanía (la razón histórica hegeliana), en los modos de instruír mediante conocimientos epitomizados y compendiados, así como en el examen de los hermeneutas de la República iletrada.
El texto de casi 300 pp., se complementa con extensos anexos gráficos, y otros.

Antón Costa Rico

 

Bienvenido el primer número de Cátedras y gabinetes

Portada numero 1 Catedras y gabinetes

 

Desde hace una década la Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos (ANDPIH) viene efectuando una encomiable labor a favor de la preservación y estudio de la cultura material de los institutos de bachillerato creados en España a lo largo del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. Así lo podrá constatar quien visite su sitio web

https://sites.google.com/site/andelpih/

Su consolidación como espacio de encuentro y estudio de profesores entusiastas, amantes y conocedores del valor científico y estético de la cultura material existente en sus espacios educativos se ve refrendada con el lanzamiento del primer número, aparecido en julio de 2016, de su revista Cátedras y gabinetes, precedido de un número cero que ha circulado en formato DVD. 

Este primer número está dividido en dos partes, precedidas de dos textos de presentación sobre los objetivos y significación de esta publicación debidos al presidente de la Asociación Luis Castellón que firma el texto «A manera de presentación», y a la expresidenta del Consejo Escolar del Estado Carmen Maestro Martín, quien titula su contribución «Defensa de la memoria educativa de España».

La primera parte acoge siete contribuciones sobre aspectos variados de la historia de la educación secundaria en la España contemporánea. Son estas:

Breve historia del IES «Alfonso X el Sabio», antiguo Instituto Provincial de Segunda Enseñanza. 179 años al servicio de la región de Murcia por Rafael Marín Hernández.

La Ciencia en imágenes. Colección de láminas murales del Museo de Ciencias Naturales del IES Vega del Turia de Teruel por Ana Gracia Labrador.

Anatomía de una cabeza por Francisco García Martín.

La Segunda Enseñanza en la Primera República por Antonio Prado Gómez.

La colección Planches Murales d’Histoire Naturelle del profesor Achille Comte, en el IES Cardenal López de Mendoza de Burgos por Emilio Serrano Gómez.

Luis García González. Doctor en Ciencias Exactas y Catedrático de Matemáticas del Instituto de Lugo en el período 1872-1887 por Mercedes Sampayo Yáñez.

Estudio de las excursiones escolares de los institutos a través de las revistas pedagógicas históricas de la Biblioteca del instituto San Isidro por Rafael Martín Villa y Nuria Torregimeno Benito.

La segunda parte incluye un interesante dossier sobre la vida y obra del naturalista Francisco Bernis Madrazo (1916-2003), impulsor de la ornitología en la sociedad española de la segunda mitad del siglo XX.

Bernis (izquierda) anilllando aves en Doñana en 1964. Fondo fotográfico de la SEO.

Bernis (izquierda) anilllando aves en Doñana en 1964. Fondo fotográfico de la SEO.

Este dossier incluye las siguientes contribuciones:

Apuntes biográficos de un docente y científico singular por Luis Castellón Serrano, Juan Leal Pérez-Chao, Encarnación Martínez Alfaro, Carmen Masip Hidalgo y Antonio Prado Gómez.

La formación de Francisco Bernis Madrazo en el Instituto-Escuela por Encarnación Martínez Alfaro y Carmen Masip Hidalgo.

Francisco Bernis en el Instituto de Lugo por Antonio Prado Gómez.

El botánico Francisco Bernis por Juan Leal Pérez-Chao.

Bernis y Evolución por Luis Castellón Serrano.

Cabe desear que tan interesante iniciativa de la ANDPIH se consolide pues Cátedras y Gabinetes nos ayudará a conocer mejor la historia de la enseñanza secundaria en nuestro país, asunto sobre el que el autor de esta bitácora tiene particular interés en los últimos tiempos. Así lo revela, entre otros trabajos, sus ediciones de los libros: Aulas modernas. Nuevas perspectivas sobre las reformas de la enseñanza secundaria en la época de la JAE (1907-1939) (Madrid, Dykinson y Universidad Carlos III, 2014), del que se dio noticia en esta bitácora (ver aquí),  y Aulas con memoria. Ciencia, educación y patrimonio en los institutos históricos de Madrid (1837-1936), (Madrid, Doce Calles-CEIMES, 2012), efectuada junto a Santiago Aragón y Mario Pedrazuela.

El quinto encuentro nacional de História das Ciências e da Tecnologia celebrado en Coimbra

Coimbra vista ciudad

Como una muestra más del vigor de la historia de la ciencia en Portugal, de la que ya he informado en otras entradas de esta bitácora (ver aquí, y aquí), se ha celebrado entre el 13 y el 15 de julio de 2016  en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Coimbra el 5º Encontro Nacional de História das Ciências e da Tecnologia. Previamente a este congreso se celebraron otros en Lisboa, por dos veces, Evora y Aveiro. En éste tuve el honor de pronunciar la conferencia de clausura hace ahora dos años, aproximadamente.

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Simultáneamente a la celebración del mencionado 5º Encontro Nacional de História das Ciencias e da Tecnologia y del 2º Congresso Internacional de História Interdisciplinar da Saúde, recién finalizados en Coimbra, se organizó una interesante exposición sobre la historia del medicamento de la que informó en su cuenta de twitter el congresista Raúl Velasco Morgado.

Los 140 congresistas han presentado a lo largo de tres jornadas celebradas en las modernas instalaciones de la nueva Facultad de Farmacia de  la primera universidad portuguesa comunicaciones relacionadas con los siguientes temas:

  • Fuentes para la historia de las ciencias y la historiografía de la ciencia
  • Historia y enseñanza de las ciencias
  • La internacionalización de la ciencia y de los científicos portugueses
  • Redes y prácticas interdisciplinares de ciencia y tecnología
  • La cultura material de las ciencias
  • Ciencias, salud y poder
  • Salud local y salud global
  • Ciencias de la vida, salud y poblaciones
  • Ciencias, tecnología y prácticas sanitarias
  • Ciencias, medio ambiente, alimentación y salud
  • Ciencias, sociedad, derecho y bioética.
  • Guerra, ciencia, tecnología y salud.

Se pueden consultar esas comunicaciones en el libro de resúmenes (verENHCT 5 CIHIS 2), editado por la comisión organizadora en la que han trabajado con singular dedicación los profesores Joao Rui Pita, historiador de la farmacia, y Ana Leonor Pereira. 

Para los que hemos tenido la oportunidad de asistir a este encuentro ha sido muy grato participar en su desarrollo por diversas razones. En mi caso particular por las siguientes:

– Se pudieron presentar avances del proyecto de investigación «Dinámicas de renovación educativa y científica en las aulas de bachillerato (1900-1936): una perspectiva ibérica» [HAR2014-54073-P], financiado por la Secretaría de Estado de Investigación del gobierno de España, del que soy investigador responsable. Se efectuó esta tarea en el marco del simposio «Modernidade e inovaçao. Entre teoria e a prática. Ensino e investigaçao Espanha e Portugal. Olhares cruzados pela «Junta para la ampliación de estudios» e «Junta de Educaçao Nacional» coordinado con la profesora de la Universidad de Evora e investigadora del CEHFCi, Fatima Nunes,

En él participaron otros integrantes del proyecto como Angela Salgueiro,  Quintino Lopes, Mario Pedrazuela, Víctor Guijarro, y la colega María Zozaya quienes hablaron respectivamente de:

«Ciência, Universidade e «Republicanismo». Redes cientificas e intercâmbio intelectual em Portugal na década de 20″;  «O Laboratorio de Fonética Experimental da Faculdade de Letras de Coimbra: o (re) posicionamiento do Portugal Estado-novista na geografía científica mundial»; «Las relaciones filológicas hispano-lusas en el entorno del Centro de Estudios Históricos de la JAE»; «El vínculo entre tecnología y la educación. Propuestas para un marco teórico de análisis del significado y alcance del material científico histórico presente en los centros de enseñanza, con una aplicación al modelo promovido por la Institución Libre de Enseñanza (1876-1936) en España» y «Redes privadas e construçao de conhecimento cientifico. Atores e vidas profissionais no desenvolvimento de Educaçao e Modernidade no Liceu San Isidro de Madrid (1836-1936)».

Por su parte Fatima Nunes, cerrando el simposio, disertó sobre » Instituto de Orientaçao Profissional (1926). Faria de Vasconcelos e o Boletim Orientaçao Profissional. O territorio de aplicaçao de «orientaçao de estudios profissionais»- uma memoria esquecida». En mi caso, a manera de apertura del simposio, presenté la comunicación titulada «Intercambios educativos y científicos luso-españoles en las coyunturas de 1915 y 1932. Actores, redes y espacios de encuentro», cuyo power point  está accesible aquí.

– Por la posibilidad de constatar que, al igual que en otros momentos históricos, sigue habiendo un diálogo fluido entre historiadores de la ciencia portugueses y españoles. Así se apreció  no sólo en el simposio que organicé con Fátima Nunes, sino también en el interesante simposio «A ciencia e os seus mantos de invisibilidade: testemunhos ibéricos», coorganizado por Ana Cristina Martins y Eulalia Pérez Sedeño del que fui informando en twitter a medida que se desarrollaba .

O también en comunicaciones como la de Dolores Ruiz-Berdún y Alberto Gomis «Justa Mathilde  de Carvalho Costa y Francisca Iracheta y Arguiñarena: dos matronas escritoras de finales del siglo XIX».

– Por la oportunidad de saludar a buenas amigas como la historiadora y actual secretaria de Estado de Ciencia, Tecnologia e Ensino Superior María Fernanda Rollo, y de escuchar a historiadores de la ciencia, de trayectoria dilatada, como Antonio Marinho Amorim da Costa, quien dio la conferencia inaugural sobre la obra del botánico Domingo Vandelli (1735-1816), autor de un interesantísimo tratado sobre el drago, el árbol icono de las islas Canarias.

o por permitirme conocer a jóvenes historiadoras de la ciencia , vinculadas al prestigioso Centro Interuniversitario de Historia das Ciencias e da Tecnologia (CIUHCT), como María Luisa Sousa, cuyo libro A Mobilidade Automóvel em Portugal (1920-1950) se va a presentar en los próximos días, o Catarina Madruga, quien presentó una valiosa comunicación sobre las redes científicas del zoólogo portugués del siglo XIX Barbosa du Bocage, con quien el zóologo español Marcos Jiménez de la Espada trabó una interesante correspondencia durante el Sexenio democrático como mostré en mi tesis doctoral.

Ambas colegas Catarina Madruga y María Luisa Sousa me hablaron favorablemente de la tesis doctoral «Os Museus Escolares de Historia Natural-Análise histórica e perspectivas de futuro (1836-1975)» defendida en 2015 por Inés Gomes, accesible aquí, y sobre los que me interesé en mi conferencia de clausura del congreso de Aveiro. Muy amablemente Inés Gomes acaba de enviármela, y de ella daré cuenta más adelante.

– Finalmente todos los congresistas tuvimos ocasión, gracias a una excelente visita guiada, de admirar los tesoros acumulados por ese gran foco del saber ibérico que ha sido la Universidad de Coimbra. Bien en el Laboratorio químico que mandó construir el marqués de Pombal que alberga magníficos instrumentos de física de los siglos XVIII o XIX o extraordinarias colecciones de historia natural tanto de Portugal como de lo que fueron sus territorios ultramarinos en Brasil o en Africa. O en la espectacular Biblioteca Joanina, construida a principios del siglo XVIII por mandato del rey Juan V (1707-1750) y que deslumbra por la originalidad y riqueza de su decoración rococó.Universidad Coimbra fachada Laboratorio Quimico

Universidad Coimbra planta

Ubicación del Laboratorio Químico en la planta de la Universidad de Coimbra

 

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Interior de la Biblioteca Joanina de la Universidad de Coimbra

Los asistentes a este quinto encuentro de los historiadores portugueses de historia de las ciencias y de las técnicas hemos quedado emplazados para asistir en el verano de 2018 al sexto encuentro que se celebrará en Lisboa. Ojalá también haya un buen contingente de historiadores portugueses en el XIII Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de las Técnicas (SEHCYT) que se celebrará en Alcalá de Henares del 21 al 23 de junio de 2017, que fueron invitados a participar en él por Dolores Ruiz-Berdún, integrante de su comité organizador.

 

El curriculo «racial» en la escuela italiana entre 1860 y 1950

En la eficaz lista de distribución de la Sociedad Española de Historia de la Educación el historiador de la educación italiano Juri Meda da noticia de la última obra de Gianluca Gabrielli en estos términos:

Gianluca Gabrielli, Il curricolo «razziale». La costruzione dell’alterità di «razza» e coloniale nella scuola italiana (1860-1950), EUM – Edizioni Università di Macerata, Macerata 2015 (collana «Biblioteca di “History of Education & Children’s Literature”», n. 12); 233 páginas; € 17,50; ISBN 978-88-6056-421-4

Gianluca Gabrielli

 

El libro reconstruye la historia del concepto de “raza humana” en la escuela italiana entre los siglos XIX y XX, desde el período anterior a la conquista de las colonias africanas hasta los años de la descolonización. De hecho, este término jugó un papel crucial en los procesos de construcción y descripción devalorante del “otro”, en la justificación de la expansión colonial, así como en la “invención” de la identidad nacional. El trabajo se extiende a todas las disciplinas, pero se centra principalmente en la Geografía, encargada –durante todo este período– de enseñar la diversidad humana a los estudiantes, transmitiendo jerarquías explícitas e implícitas. Esta “imagen racial” del italiano y del “otro” (africano, “negro”) tuvo una articulada declinación iconográfica, que se reconstruye y se analiza cuidadosamente con el apoyo de una amplia gama de imágenes.

En esta página se pueden descargar Introducción y Conclusiones: http://eum.unimc.it/catalogo/catalogo-2015/il-curricolo-abrazzialebb

 

Un seminario sobre la Política cultural de la Segunda República

Entre el 24 de noviembre y el 17 de diciembre de 2015 se está celebrando el seminario Política cultural de la Segunda República Española organizado por el Seminario Complutense Historia, Cultura y Memoria con el apoyo de la Fundación Pablo Iglesias. Las sesiones tienen lugar a las 17 horas en el salón de actos de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid según el calendario que reproduzco líneas abajo.

Gracias a una amable invitación de los directores del seminario la historiadora del arte Idoia Murga Castro y el contemporaneísta José María López Sánchez participaré en él el próximo miércoles 9 de diciembre con una conferencia sobre La educación en la Segunda República.

En esa disertación intentaré ofrecer un panorama general de los logros educativos de los gobiernos republicanos, y sistematizaré algunas noticias que voy ofreciendo en mi otra bitácora Jaeinnova. Cuaderno de investigación sobre las reformas educativas y científicas de la era de Cajal. En ella he presentado recientemente entradas sobre la creación del Consejo Nacional de Cultura en agosto de 1932 por Fernando de los Ríos cuando era ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes (ver aquí) o he presentado un artículo de María Zambrano en el que hacía un análisis del año universitario 1933-1934. (ver aquí).

Seminario Complutense 1Seminario Complutense 2

Los ensayos de Montaigne sobre educación

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En la eficaz lista de distribución de la Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE) Gabriela Ossenbach, actual presidenta de esa sociedad se ha hecho eco de la reciente publicación de una edición de Joan Lluis Llinás de los «Ensayos de educación» de  Michel de MONTAIGNE, aparecida en la Serie Clásicos de la Educación nº 32 de la editorial Biblioteca Nueva.

Montaigne Ensayos sobre educacion

Este interesante volumen enriquece la abundante bibliografía existente sobre aquel «bordelés escéptico» tal y como lo definiera Alejo Carpentier. Montaigne encarna los mejores ideales del Renacimiento y sus Ensayos, que él mismo definió como «libro único en el mundo y en su especie», han tenido honda huella en filósofos, educadores y políticos por su defensa de la virtud de la tolerancia y de la libertad de pensamiento. No hace mucho tiempo el escritor chileno Jorge Edwards reconstruyó sus últimos días en su novela La muerte de Montaigne, considerado por el crítico Alberto Ojeda «un emocionado panegírico al autor de los Ensayos».

Transcribo ahora la información ofrecida por Gabriela Ossenbach en la lista de distribución de la SEDHE:

El volumen recoge algunos de los principales capítulos de los «Ensayos» de Michel de Montaigne (1533-1592) que abordan la cuestión de la educación: «Del Magisterio»; «De la educación de los hijos»; «Del amor de los padres por los hijos»; «De los libros» y «De la experiencia». En ellos se articula un proyecto formativo que va más allá de la formación escolar en la medida que abarca toda la vida del ser humano y debe conducir al ejercicio del propio juicio y la tolerancia. Como indica Joan Lluis Llinás en su estudio introductorio a este volumen, Montaigne utiliza el ensayo, tal como se entendía en el francés del siglo XVI, para designar su método intelectual, consistente en poner a prueba sus ideas, en experimentar. Ensayar significa verificar, probar, experimentar, es decir, poner a prueba las propias facultades naturales, principalmente el juicio. Los contenidos básicos que expresa Montaigne en estos ensayos sobre educación son, por una parte, la búsqueda de la verdad evitando la vanidad (tanto la pedantería como el fanatismo) y, por otra, la defensa de la tolerancia y la conducción de la propia vida buscando sus referentes en la naturaleza.
El estudio introductorio de J.L. Llinás, profesor de Filosofía Moderna de la Universidad de las Islas Baleares, incluye una biografía de Montaigne («una persona mediocre»), un análisis del contenido de los «Ensayos» y de su recepción en España, así como un apartado sobre la actualidad de las ideas educativas de Montaigne. La introducción se cierra con una útil bibliografía que incluye las diferentes ediciones de los «Ensayos», sus traducciones al castellano, al catalán y al euskera, varias biografías de Montaigne, así como una selección de estudios sobre su obra en general y sobre sus ideas educativas en particular.

Entre esas anteriores ediciones de los escritos de Montaigne sobre educación cabe destacar la efectuada en 2008 en la ciudad colombiana de Medellín de Dos ensayos sobre la educación  por Jorge Orlando Melo. En ella se publicaron los textos de Montaigne «Sobre los maestros» y «Sobre la educación de los niños». En su interesante presentación (ver aquí) este relevante historiador colombiano, que ha abordado muchos problemas de la realidad de su país (ver aquí), subraya cómo Montaigne mostró en sus Ensayos una  inquietud muy grande sobre la ciencia y la educación de su época constatando que la fascinación por el saber de sus coetáneos generaba una serie de actitudes que destruían el sentido y la utilidad de la ciencia. En su opinión las instituciones educativas y las comunidades científicas de su tiempo valoraban cada vez más la simulación del saber que el saber mismo. En las escuelas se enseñaban muchas cosas, pero no se aprendía a pensar ni a hacer. Y los eruditos se entretenían haciendo comentarios cada vez más sutiles a temas poco importantes publicando libros que se limitaban a ser comentarios de comentarios usando un lenguaje cada vez más abstruso semejante a una jerga incomprensible para simular la profundidad de sus trabajos.

El 15 de mayo de 2008 Jorge Orlando Melo fue invitado a impartir una conferencia en Medellín en el Día del Maestro (ver aquí), en la que explicó a su auditorio el sentido de la obra de Montaigne y por qué ideas escritas siglos atrás merecían ser tomadas en consideración aún hoy en día. La conferencia empezó con el siguiente texto de agradecimiento que me permito reproducir porque resume muy bien el papel estratégico que desempeñan los maestros en las sociedades de todos los tiempos, en el de Montaigne y en el nuestro:

«Me complace participar en esta ceremonia en homenaje a los maestros, porque estoy convencido de que la educación es la más importante de las actividades humanas, y la que puede producir una gratificación mayor. Una razón para ello es que en la educación lo que uno da no deja de tenerlo, y mientras más reciben los estudiantes, más tiene el profesor. Muchos de los sueños de equidad social buscan que quienes tienen más riquezas o más bienes, los compartan con los que tienen menos, por generosidad o por obligación legal. Pero estos esfuerzos generalmente fracasan, pues quienes tienen algo se resisten a perderlo: lo que cedan a otros es algo que dejan de tener, y por eso ven en las medidas de igualdad social una violencia inaceptable, y se oponen con vigor a ellas.

Pero en la educación no es así. Si trato de que mis alumnos aprendan y dominen los conocimientos que yo tenía antes, probablemente al final del proceso sabré mucho más que antes, porque voy aprendiendo a medida que enseño, recibo mientras doy, y además mi conocimiento vale más porque existe un grupo nuevo de gente que lo comparte, lo entiende y lo reconoce. Mientras más haya dado, más tengo. Lo educación es en esto como el amor, si creemos lo que Julieta le dice a Romeo: “Mi riqueza es infinita y mi amor tan profundo como el mar: mientras más te doy, más tengo”.

Y por eso, la educación (lo mismo que la cultura) es modelo de equidad social, porque hace que desaparezca la desigualdad que está al comienzo. Antes de empezar su tarea, el maestro sabe algo que los estudiantes ignoraban. Si el maestro es bueno, al terminar su trabajo esa diferencia ha desaparecido y todos saben lo que antes sólo uno sabía. En el proceso de educación, dar es siempre recibir y enseñar es lograr que quienes eran desiguales se conviertan en iguales. Y mientras mejor sea el otro, mejor es uno mismo.

Agradezco, pues, a la Universidad Eafit esta oportunidad para leer un texto sobre un hombre que reflexionó con persistencia y penetración sobre estas cosas de la educación».

En fin la nueva edición de Joan Lluis Llinás de los escritos sobre educación de Michel de Montaigne, precedida como hemos visto por la de Jorge Orlando Melo, es una buena ocasión para aproximarnos a aquel humanista cuya definición de hombre «sage»  como una mezcla de sabiduría, buen juicio y sentido común sigue siendo pertinente en nuestro tiempo presente y cuyas observaciones sobre la ciencia y la educación nos siguen interpelando.

Montaigne frase

Dos publicaciones recientes sobre Giner y Cossío vistas por Eugenio Otero

Casa de la Institución Libre de Enseñanza en la que falleció Francisco Giner de los Ríos el 18 de febrero de 1915

Casa de la Institución Libre de Enseñanza en la que falleció Francisco Giner de los Ríos el 18 de febrero de 1915

 El 18 de febrero de 1915 murió Francisco Giner de los Ríos en la casa de la Institución Libre de Enseñanza, situada en el paseo del Obelisco, actual calle del general Martínez Campos en el barrio madrileño de Chamberí. En el centenario de su fallecimiento se suceden las publicaciones sobre ese pedagogo y singular reformador del sistema educativo español. Se enriquece así la ingente producción bibliográfica –aquí una selección- generada en los últimos años sobre el legado de Giner y la Institución Libre de Enseñanza, uno de cuyos hitos ha sido la trilogía La Institución Libre de Enseñanza y Francisco Giner de los Ríos: nuevas perspectivas, publicada en 2013 y de la que informé en dos entradas en mi otro blog Jaeinnova (ver aquí y aquí).

Paseo Martinez Campos

Ubicación del Paseo del General Martínez Campos en el Madrid actual

Ofrezo a continuación dos noticias bibliograficas debidas al profesor de la Universidad de Santiago de Compostela Eugenio Otero Urtaza, gran especialista en las ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza y excelente conocedor de la trayectoria intelectual de Manuel Bartolomé Cossío, el principal colaborador y amigo de Giner de los Ríos. Estas noticias se han dado a conocer en la lista de distribución de la Sociedad Española de Historia de la Educación.

La primera de sus noticias bibliográficas  de las que me hago eco es la siguiente .Giner en Revista de Occidente

Revista de Occidente: Francisco Giner de los Ríos cien años después, nº 408, mayo de 2015, ISSN 0034-8635.

La Revista de Occidente ha dedicado su último número al recuerdo del centenario de Francisco Giner de los Ríos con cinco textos: José García-Velasco: “Una fuente siempre viva. Francisco Giner de los Ríos cien años después”(pp. 5-8); José-Carlos Mainer: “Sobre Francisco Giner de los Ríos: un paisaje y un réquiem intelectual” (pp. 9-21); Andrés Soria Olmedo:  “Labores y esperanzas” (pp. 22-27); Gonzalo Capellán de Miguel: “Paz en la Guerra… de ideas. Giner de los Ríos y su ruptura radical con la vieja política” (pp. 28-43); Eugenio Otero Urtaza: “Las ideas pedagógicas de Francisco Giner en su contexto europeo” (pp. 44-62). Hay también en este número un artículo de Gonzalo Pernas titulado “De Concord a Guadarrama. Una semblanza compartida del trascendentalismo norteamericano y el institucionismo” (pp. 81-94) que abre también nuevas perspectivas al estudio del legado institucionista mediante la comparación del pensamiento de Giner con  el de Ralph W. Emerson. En su nota de presentación García-Velasco recuerda que todavía hoy “la vida y obra de don Francisco Giner sigue siendo un manantial inagotable de ideas, de propuestas, de energía para esta agitada España de la primavera de 2015, nunca como ahora parte tan activa de Europa”. Es una nueva aportación a un centenario que esperamos tenga más anclajes, y especialmente foros de debate que refresquen un pensamiento que sigue siendo muy vigoroso, y desde luego actual.

Este comentario se puede completar con la aproximación hecha también a los contenidos de este ejemplar por Rafael Fuentes en el periódico digital El Imparcial.

 

La segunda se refiere al siguiente libro recientemente editado sobre la correspondencia de Cossío Cossio correspondencia

Arias de Cossío, Ana María y López Alonso, Covadonda: Manuel B. Cossío a través de su correspondencia 1879-1934, Madrid, Fundación Francisco Giner de los Ríos/Residencia de Estudiantes, 2015, 927 págs. Sobre esta edición dice lo siguiente Eugenio Otero:

Los epistolarios son un tesoro que nos abre aspectos inéditos, y a veces muy personales de los personajes históricos. Lo que a veces no se dice en un libro o en una conferencia, en un comunicado oficial, se encuentra en una breve nota que se envía a un colega o a un amigo. Cuanta más amistad, y cuando la relación personal es más familiar e íntima, la correspondencia abate la cuarta pared y podemos contemplar mejor el escenario de los acontecimientos, y analizar más en detalle no ya lo que ocurrió sino lo que lo motivaba hasta en sus aspectos dramáticos más inconmensurables.

Saber que se publica una serie tan extensa de cartas de Cossío produce emoción, pero no obstante este libro provoca también perplejidad al que quiere conocer los hechos y construir el discurso histórico sin sentirse burlado por una poda que en 2015, año en que estamos conmemorando el centenario de la muerte de Francisco Giner,  no tiene ningún sentido: muchas de las cartas son fragmentos, no cartas enteras y por decir las cosas como son: parece que han sido censuradas. Faltan cartas en esas colecciones de tiempos históricos, que están localizadas y que con seguridad completarían muy bien la secuencia de los acontecimientos, permitiendo su mejor comprensión, y además, alejarían ciertos fantasmas que la extrema derecha rancia ha querido dejar caer sobre una relación muy bella y vibrante entre dos de nuestros educadores más dignos y luminosos de los últimos siglos. Que en 2015 esa amistad hermosa provoque chismografía en vez de un estudio serio, es un síntoma de que en España todavía muchas cosas tienen que cambiar, mucho más allá de lo que está ahora ocurriendo. El estudio introductorio de Ana María Arias no está precisamente actualizado, y usa todavía la nomenclatura de los legajos conservados en la Academia de la Historia anterior a 1990. Su capítulo es una presentación biográfica y acaso pedagógica, y como no podía ser menos como crítico de arte, al autor. El capítulo de Covadonga López “El epistolario. Género y tipología” se adentra en el contenido de la correspondencia, con especial atención al estilo y los aspectos formales. El epistolario es  una selección de cartas “conservadas principalmente en los archivos custodiados por la familia, divididas en tres grupos”. Las primeras noventa y una cartas, son cartas dirigidas por Cossío a Francisco Giner; el segundo grupo son cartas entre Cossío y su esposa Carmen López-Cortón, y una a su hija Natalia, y el tercer grupo, son cartas que recibió de sus coetáneos y amigos. Hay una reseña biográfica de los autores y destinatarios de las cartas, así como un índice cronológico y onomástico que ayuda mucho al investigador. En total son 501 cartas procedentes casi todas del archivo familiar de San Victorio. Es una aportación muy buena a un mejor estudio de Cossío y de su tiempo. Para facilitar la lectura se ha incluido entre corchetes los nombres propios de las personas que aparecen en las cartas, la parte negativa es que entre corchetes “se indican también los fragmentos omitidos ([…]), casi siempre, como se ha dicho, por indicación de Natalia Cossío o su hija Natalia Jiménez, así como las palabras o fragmentos ilegibles”.

Cossio ciudadano de honor de la Segunda República

Cossio ciudadano de honor de la Segunda República

 

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Del pupitre a la pared: la quinta sesión del XI Seminario Anual del SIECE y el LEA de la Universidad de Alcalá

El 22 de mayo de 2015 se ha celebrado la 5ª sesión, Del pupitre a la pared, del XI Seminario Anual: Leer y Escribir: Discursos, Funciones y Apropiaciones que organizan el Seminario Interdisciplinar de Estudios sobre Cultura Escrita (SIECE) y el Grupo de Investigación LEA (Lectura, Escritura y Alfabetización) de la Universidad de Alcalá, impulsados y animados por Antonio Castillo Gómez  y Verónica Sierra Blas, quienes desde hace tiempo vienen realizando una labor encomiable en el estudio de la historia de la cultura escrita. La importante obra de estos dos historiadores se ha inspirado en cierta medida en las siguientes reflexiones de Armando Petrucci que encabezan la presentación del sitio web del SIECE: «Cada época y cada sociedad pueden ser mejor conocidas y valoradas a partir del uso que hacen de la escritura, del modo en que proveen a la distribución social de la capacidad de escribir y de leer, de la función que asignan a los productos escritos y a sus distintas tipologías».

Esta quinta y penúltima sesión de la undécima temporada del mencionado seminario anual Leer y Escribir: Discursos, Funciones y Apropiaciones ha sido presentada en los diversos canales que tienen en la Red el SIECE y el grupo de investigación LEA como son su interesante bitácora Grafosfera o  su cuenta de twitter @grafosfera, entre otros. Pero dado que he tenido la oportunidad de asistir a ella, y conocer su dinámica de trabajo, voy a dar cuenta de su desarrollo como señal de homenaje a un grupo de investigación digno de ser destacado en nuestro panorama universitario.

Me animé a desplazarme a Alcalá para escuchar a Juan González Ruiz, impulsor del MUESCA reconvertido ahora en Centro de Recursos, Interpretación y Estudios de la Escuela (CRIEME), de Polanco en Santander, desde donde se edita la interesante revista electrónica Cabás. Conocí a Juan el pasado mes de octubre de 2014 en las VI Jornadas científicas de la SEPHE (Sociedad española para el estudio del patrimonio histórico educativo), de las que informé en esta bitácora (ver aquí). Pude apreciar entonces su gran conocimiento sobre la historia de la educación española en general, y en particular sobre la educación secundaria pues en esas jornadas presentó la magnífica comunicación «Hermenéutica y Patrimonio Arquitectónico Escolar: una lectura de los edificios para Institutos construidos en España durante el primer tercio del siglo XX» que tanto me orientó al elaborar mi introducción al libro Aulas modernas que edité recientemente, obra de la que di cuenta también en esta bitácora (aquí) . Además supe de su importante labor en la recuperación de la cultura escolar y en la proyección social del patrimonio educativo a través de diversas iniciativas como el MUESCA o su libro Viaje apasionado por las escuelas de Cantabria que muy amablemente Juan me ha regalado, prologado por ese gran historiador de la educación que es Agustín Escolano, director del Centro Internacional de la Cultura Escolar (CEINCE) de Berlanga de Duero (Soria).

Cantabria Juan Gonzalez

Bajo el título «De la pared al pupitre. Escritura expuesta y práctica epistolar» Juan González Ruiz ha reflexionado sobre las escrituras de muy diversas formas que exhiben los muros y paredes de las escuelas o que están presentes en el entorno de los recintos escolares. Ha destacado el valor que esas inscripciones tienen como documentos pedagógicos y ha presentado una amplia galería de imágenes de escrituras expuestas, reveladoras de diversas prácticas escolares, deteniéndose en el análisis de dos de ellas, por sus especiales resonancias hermenéuticas.

La primera se refiere a cómo una serie de inscripciones existentes en cinco colegios de la ciudad de Sevilla y en otro de Alcalá de Guadaira revelan cómo se aplicó en esa ciudad la ley de 19 de septiembre de 1896 (Gaceta 26 septiembre) por la que se dictaron normas para la protección de los pájaros. En su artículo segundo se establecía que: «en las puertas de las escuelas se pondrá un cuadro en que se lea «Niños, no privéis de libertad a los pájaros; no los martiricéis y no les destruyáis sus nidos. Dios premia a los niños que protegen a los pájaros, y la ley prohíbe que se les cace, se destruyan sus nidos y se les quiten las crías». En efecto en esa media docena de establecimientos educativos sevillanos se ubicaron otros tantos «azulejos ecologistas y pajareros», como también muestra en su blog Julio Domínguez Arjona   (ver aquí)

Sevilla pajaros

Inscripción del Colegio del Reloj en la Plaza de Carmen Benítez de Sevilla

Al parecer en esa iniciativa de aplicar en centros escolares sevillanos la disposición legislativa de 1896 se implicó a fondo el pediatra Antonio Ariza Camacho, concejal del Ayuntamiento de Sevilla, amigo y estrecho colaborador del notario Blas Infante, líder del andalucismo histórico. Precisamente Blas Infante es también autor de la plegaria del pájaro que compuso en 1924 y que  está presente actualmente en diversos centros escolares andaluces por iniciativa de la Junta de Andalucía.

Blas Infante plegaria_pajaros_BI

El segundo grupo de inscripciones al que ha prestado atención Juan González Ruiz en su interesante presentación del seminario ha sido el análisis de 30 máximas morales inscritas en la escuela anexa al ayuntamiento de Becerril de Campos en Palencia construida entre 1904 y 1909, expresivas de una moral cívica de raigambre decimonónica, y como también apuntara Agustín Escolano un caso excepcional como espacio de memoria epigráfica (ver aquí). Una de esas máximas, por ejemplo, decía: Sin virtud la ciencia humana es caña frágil y vana.

Escuela de niños y niñas de Becerril de Campos (Palencia) 1909

Una de las epigrafías exteriores de la escuela de niños y niñas de Becerril de Campos con máximas morales

De manera convincente Juan González intentó explicar por qué apareció en ese lugar ese programa moral aduciendo que cabía encontrar una conexión entre el arquitecto que finalizó la obra Jerónimo Arroyo López, con importantes obras en Castilla y León en aquella época, con su profesor en el Instituto de Palencia Ricardo Becerro de Bengoa, que fue allí catedrático de Física y Química, y quien posiblemente en sus tiempos de estudiante en el Instituto de Vitoria entre 1857 y 1863 fue lector del Manual de civilidad, en verso, de Francisco Martínez de la Rosa que se adoptó en las escuelas de Alava en 1843, obra conectada con otra de sus publicaciones: el Libro de los niños. Precisamente en la edición 44 de esta obra, publicada en 1870, en las páginas 11 y 12, se encuentra el conjunto de máximas morales que décadas después el arquitecto Jerónimo Arroyo cinceló en las paredes de la mencionada escuela  de Becerril de Campos. (aquí hay acceso a la edición de esa obra de 1859).

Además de Juan González Ruiz intervino en este seminario del SIECE al que he tenido la oportunidad de asistir el historiador de la educación italiano Fabio Targhetta (Treviso, 1977) @FabioTarghetta, profesor de la Universidad de Padua y doctor en Scienze dell’Educazione e della Formazione por la Universidad de Turín. Fabio Targhetta es miembro del Comité científico internacional de la revista History of Education and Children Literaturecolabora desde el año 2001 en el Museo dell’Educazione dell’Università degl Studi di Padova, ha formado parte de importantes proyectos de investigación italianos como: Teseo (Tipografi e Editori scolastico-educativi dell’Ottocento), Teseo 900 (Editori scolastico-educativi del primo Novecento) e DBE (Dizionario Biografico dell’Educazione) y ha publicado diversas obras y artículos científicos sobre el panorama editorial italiano y la historia material de la educación. Entre sus libros cabe destacar La capitale dell’impero di carta. Editori per la scuola a Torino nella prima metà del Novecento, Torino: Società Editrice Internazionale (SEI), 2007 «Signor Maestro Onorandissimo». Insegnare a scrivere lettere nella scuola italiana tra Otto e Novecento, Torino: SEI, 2013. Entre sus artículos me ha llamado la atención por mis preocupaciones actuales su texto «Teaching with Images Between 19th and 20th Centuries: the Case of the Italian School Publischer Paravia», Strenae [on line], 8, 2015. (ver aquí)

Targhetta Fabio La capitale

Targhetta Fabio Signor

La intervención de Fabio Targhetta en el seminario versó sobre «Imparare a scrivere una lettera per imparare a stare al mondo». En ella mostró y explicó cómo y por qué la enseñanza de la escritura epistolar, basada en la copia de cartas ejemplares, representó un pilar firme en la didáctica de la escuela primaria de la Italia contemporánea. Muchas de esas cartas ejemplares se publicaron en libros de texto y en revistas pedagógicas. Son documentos con un alto valor ideológico y pedagógico pues debían contribuir a educar al lector. En su intervención en el seminario presentó los resultados de una investigación en la que se ha analizado centenares de cartas ejemplares reproducidas en libros, guías didácticas y cuadernos de alumnos. Para hacer el análisis cualitativo de esos textos ha usado el software (Atlas.ti) que ha permitido hacer emerger claramente los valores y modelos de referencia de este importante corpus documental que ha influido notablemente en la formación de generaciones de alumnos históricos.

En el recorrido de su exposición Fabio Targuetta analizó la gramática escolar, los protagonistas y los valores de ese corpus documental, accesible en el sitio web del Museo dell’Educazione dell’Università degl Studi di Padova,  (ver aquí), distinguiendo las siguientes etapas temporales: 1861-1899 en el que predominó la composición por imitación; 1900-1914 donde el lenguaje se hizo más moderno y aumentó la presencia femenina entre los autores; 1915-1923 período en el que la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial el 24 de mayo de 1915 – estamos en vísperas del centenario como evoca el gran portal creado por el gobierno italiano (ver aquí)- provocó entre otras hondas consecuencias una obsesión postal y un culto a los muertos; 1924-1945 etapa en la que el fascismo intentó modelar un nuevo niño auspiciando una idolatría epistolar del Duce (en un tercio de las cartas se encuentran referencias a Mussolini) y en la que se percibe que el niño expresa su mundo interior, hecho que era inédito en la historia italiana; y 1946-1951, período de la posguerra en el que se reanudaron prácticas del período anterior al fascismo y se replicaron antiguos clichés.

Esta investigación se ha apoyado en una serie de obras de referencia como las siguientes:

ANTONELLI, Giuseppe: Tipologia linguistica del genere epistolare nel primo Ottocento. Sondagi sulle lettere familiari di mittenti colti, Roma: Edizioni dell’Ateneo, 2003.

ANTONELLI, Giuseepe; CHIUMMO, Carla y Massimo PALERMO (eds.): La cultura epistolare nell’Ottocento. Sondaggi sulle lettere del CEOD, Roma: Bulzoni, 2004.

ANTONELLI, Quinto y Egle BECCHI (eds.): Scritture bambine. Testi infantili tra passato e presente, Bari: Laterza, 1995.

BACIGALUPI, Marcella y Piero FOSSATI: Da plebe a popolo. L’educazione popolare nei libri di scuola dall’Unitá d’Italia alla Repubblica, Firenze: La Nuova Italia, 1986.

CANTATORE, Lorenzo: «Scelta, ordinata e annotata». L’antologia scolastica nel secondo Ottocento e il laboratorio Carducci-Brilli, Modena: Mucchi, 1999.

CHIOSSO, Giorgio: «Formar l’uomo eminentemente morale ed abile». Il libro di lettura dopo l’Unitá», Esperienze letterarie, 3, 2010, pp. 17-35.

CHIOSSO, Giorgio; Alfabeti d’Italia. La lotta contro l’ignoranza nell’Italia unita, Torino: SEI, 2011.

Es de desear que el seminario del SIECE-LEA de la Universidad de Alcalá tenga una larga vida. La última sesión de su duodécima temporada tendrá lugar el próximo viernes 5 de junio. Estará dedicada a «Efímeros, menudencias y baratijas». En ella participarán Juan Gomis Coloma, de la Universidad Católica de Valencia, con una intervención titulada «Dónde existe el capataz de los ciegos: un intento de control sobre la circulación de papeles en la España del siglo XVIII» y Pedro Rueda Ramírez, de la Universidad de Barcelona, quien ha titulado su comunicación «Impresos efímeros: usos cotidianos de la imprenta».

Importante tesis doctoral de Rosemarie Terán sobre historia de la educación en el Ecuador

El martes 24 de marzo de 2015 se ha presentado en el departamento de Historia de la Educación y Educación Comparada de la UNED, en Madrid, la tesis doctoral de Rosemarie Terán Najas «La escolarización de la vida: el esfuerzo de construcción de la modernidad educativa en el Ecuador (1821-1921)», dirigida por Gabriela Ossenbach.

Rosemarie Terán fue una de mis compañeras en la Primera Maestría en Historia Andina, que organizó la sede de Quito de FLACSO, allá por el curso 1984-1985. Tiempo después ha sido muy satisfactorio y gratificante para mí haber sido uno de los primeros lectores de su tesis doctoral y haber participado en el tribunal que la ha evaluado positivamente junto a  Antonio Viñao, presidente del tribunal, y Miguel Somoza.

tesis Rosemarie Terán

En su investigación Rosemarie Terán ha pretendido explorar “la significación política y dimensiones sociales de la educación pública a través de los mecanismos de inclusión/exclusión presentes en los modelos de ciudadanía y en las prácticas de escolarización” y se ha interesado por indagar “cómo el saber pedagógico se representó al sujeto escolarizado en diversos momentos históricos y las formas de inclusión del mismo en el universo de la educación pública”. Ese doble objetivo ha orientado sus indagaciones en los tres grandes períodos que han sido determinantes en el papel jugado por la educación en la construcción del Estado ecuatoriano durante su primer siglo de existencia aproximadamente.

El primero fue el del despegue de la educación propiamente republicana y de su importante proyección institucional que contrasta con la inestabilidad política de esa etapa que corresponde aproximadamente al período 1830-1857. Este momento es el objeto de análisis del primer capítulo de la tesis.

El segundo período abarca la segunda mitad del siglo XIX cuando se consolidó un sistema educativo confesional ligado al proyecto de creación de la «república católica», iniciado en la presidencia de Gabriel García Moreno y continuado bajo los gobiernos moderados católicos que preceden a la revolución liberal de 1895. El estudio de esa fase es abordado en dos capítulos, correspondientes a la época garciana y a la etapa del «progresismo».

El tercer momento abarcaría desde el inicio de la revolución liberal en 1895 y el fin de la primera misión pedagógica alemana hacia 1920, período que está marcado por la implantación de la educación laica, ligada a la constitución del Estado liberal. Este período es analizado en los capítulos cuarto y quinto.

De esta manera el índice de esta tesis es el siguiente:

Introducción

1. La construcción de la escuela pública republicana: discursos, prácticas de escolarización y actores sociales emergentes.- 1.1. La función social de la educación en el discurso republicano.- 1.2. Los sentidos de lo público.- 1.3. La escolaridad en el Departamento del Sur.- 1.4. La política para la instrucción primaria entre 1830-1857.- 1.4.1. La expansión escolar en el período marcista.- 1.5. La emergencia de la subjetividad femenina en el marco de la enseñanza mutua.- 1.5.1 La novela La emancipada.- 1.5.2. El camino sin salida de las mujeres letradas

2. La modernidad educativa del catolicismo garciano.- 2.1. El garcianismo en la historiografía nacional.- 2.2. Rasgos del sistema escolar garciano.- 2.2.1. La transición hacia el modelo simultáneo.- 2.3.. Las escuela y la república católica: El Método Productivo para la enseñanza primaria (1869).- 2.3..1 La escuela como República.- 2.3.2. El «arte de la pedagogía».

3. La expansión de la educación católica durante el progresismo.- 3.1. El contexto político del proyecto educativo.- 3.1.1. Actores y discursos de la gestión educativa progresista.- 3.2. Réplicas al anticlericalismo en la «escuela doméstica» de Mera.- 3.3. La escolaridad progresista: mecanismos de expansión.- 3.3.1. El restablecimiento de la educación pública católica.- 3.3.2. La expansión escolar en el progresismo tardío.- 3.4. Los colegios católicos nacionales y la importancia de la educación femenina.

4. Reforma educativa y revolución liberal.- 4.1. Educación y ciudadanía en el proyecto educativo liberal.- 4.2. El debate de 1906: nación y secularización de la enseñanza.- 4.2.1. ¿La soberanía residen en el pueblo o en la nación?.- 4.2.2. La declaración de la educación laica.- 4.3. Rasgos del aparato educativo laico.- 4.3.1. La enseñanza secundaria.- 4.4. La escolaridad secularizada.

5. Los docentes laicos ante la «pedagogía moderna» y la educación pública. 5.1. El escenario pedagógico nacional ante la llegada de la primera misión alemana.- 5.1.1. La enseñanza intuitiva-objetiva: un campo de saber y de legitimidad del maestro.5.1.2.  La interpelación al texto escolar.- 5.1.3. Diálogo entre el positivismo pedagógico y la enseñanza intuitiva en la obra del pedagogo Fernando Pons.- 5.1.4. La experiencia de la enseñanza intuitiva en el liberalismo posalfarista.- 5.2. La educación popular a debate: enseñanza intuitiva versus herbartismo.- 5.2.1. Papel de la revista El Magisterio Ecuatoriano en la organización docente y la «construcción social del currículo». 5.3. Los imaginarios de la infancia escolarizada en El Lector Ecuatoriano (1915).- 5.3.1.El escenario de producción del texto: Guayaquil en 1915.- 5.3.2. Moral, virtud y patriotismo.- 5.3.3. Las representaciones visuales sobre la infancia.

En mi opinión esta tesis doctoral supone un importante esfuerzo de recuperación de parte del andamiaje discursivo, institucional, político y pedagógico de los cambios educativos que se emprendieron en el Ecuador en momentos específicos de su historia. Su autora ha procurado detectar la respuesta social a los mismos desde historias individuales y dinámicas colectivas. Se muestra asimismo a lo largo del desarrollo de la tesis cómo se hicieron visibles las diferencias de concepción sobre la educación pública en los diversos momentos de disputa entre católicos y liberales por conseguir la hegemonía en el diseño y control de los procesos educativos. Y se ilustra, de manera convincente a mi modo de ver, en su parte final el protagonismo de los maestros en las reformas educativas impulsadas después de la constitución de 1906 planteando la autora de la tesis que la educación primaria popular fue el verdadero campo de gestación del maestro laico y de su desarrollo profesional y no tanto la influencia de enfoques pedagógicos transferidos por las Misiones Alemanas que operaron en el Ecuador a partir de 1913, como ha venido sosteniendo la historiografía ecuatoriana. Esos maestros laicos se esforzaron por hacer apropiaciones del saber pedagógico generado en otras partes de Europa y las Américas, adaptándolas al contexto ecuatoriano desde una perspectiva universalista, dado el carácter transnacional del liberalismo.

La educación secundaria en la España del primer tercio del siglo XX a través del libro Aulas modernas

Ya está accesible en su versión digital el libro Aulas modernas. Nuevas perspectivas sobre las reformas de la enseñanza secundaria en la época de la JAE (1907-1939) (ver aquí). La obra, editada por el autor de esta bitácora, ha sido publicada por la editorial Dykinson y Universidad Carlos III de Madrid en el marco de su programa de Historia de las Universidades del Instituto Figuerola. En ella se ofrece un renovado enfoque sobre el desarrollo de la enseñanza secundaria en la sociedad española del primer tercio del siglo XX.

portada y contraportada Aulas modernas

Sus nueve contribuciones aportan nuevos conocimientos sobre dos aspectos significativos de las reformas e innovaciones que promovió la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para mejorar la calidad de ese nivel educativo.

Los autores de esta obra colectiva ofrecen, por una parte, relevante información sobre la labor de un amplio grupo de profesores que introdujeron innovaciones en la práctica docente de asignaturas como las ciencias naturales, la geografía, la psicología, y la lengua y literatura. Por otro lado presentan diversos análisis de casos para dar a conocer el considerable esfuerzo efectuado por la Segunda República para elevar la calidad de la enseñanza secundaria e incrementar las tasas de escolarización abriendo sus aulas a las mujeres de manera decidida.

Aula ILE

Un aula de la Institución Libre de Enseñanza. enero de 1933. Fotografía de Vicente Sos. Cortesía de Alejandro Sos Paradinas. Ilustra el capítulo de Santos Casado en el libro Aulas modernas

Esta obra poliédrica, donde han confluido historiadores de la ciencia y de la educación, pretende por tanto ayudar a conocer mejor el sistema educativo público español y la historia de su educación secundaria que durante largo tiempo ha sido el “pariente pobre” de la investigación histórico-educativa.

Su índice es el siguiente:

I. Introducción. Reflexiones sobre la modernidad en las aulas de bachillerato en el primer tercio del siglo XX: Leoncio López-Ocón
1. El primer tercio del siglo XX: la fase dorada de una etapa educativa
2. Un nuevo tipo de catedrático y catedrática de instituto
3. Nuevos métodos docentes
4. Consideraciones finales
5. Bibliografía

II. Los premios Ribera: el mecenazgo privado en los tiempos de
la institucionalización de la actividad científica en España: Santiago Aragón Albillos
1. Emilio Ribera, profesor de secundaria
2. El Museo de Ciencias Naturales de Madrid y los profesores de enseñanza secundaria
3. Emilio Ribera en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid
4. El premio Ribera
5. Los premiados
6. A favor de los alumnos pobres y sobresalientes
7. Bibliografía y apéndice

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Caricatura de Emilio Ribera hacia 1894, proporcionada por José María Azkárraga. Publicada originariamente en el libro de Carles Sirera Miralles «Un título para las clases medias»

 

III. La renovación de la enseñanza de la geografía en las
aulas de bachillerato en los primeros años del siglo XX: Leoncio López-Ocón
1. Consideraciones preliminares
2. El contexto de los inicios de una labor renovadora
en la enseñanza de la geografía
3. La defensa de una disciplina en construcción
4. ¿Cómo enseñar una geografía renovada?
5. La mejora de dotación de material científico
6. La visualización del mundo y del país en las aulas de bachillerato y de otros centros educativos
7. Conclusiones
8. Anexos y bibliografía

Moreno Lopez 6 Japón

Geografía descriptiva. El Japón. Atlas escolar de Eduardo Moreno López, Barcelona, 1912

 

IV. Modernidad y fatiga en las escuelas españolas. Los instrumentos de la psicotecnia y la cultura de la eficacia en la época de la JAE (1907-1936): Víctor Guijarro Mora
1. La psicología aplicada: entre la fábrica, el laboratorio y la escuela
2. Máquinas y metáforas
3. Geografía de la fatiga en España o la inserción social
del ergógrafo
4. Conclusión
5. Bibliografía

Lámina I. Víctor Guijarro. Modernidad y fatiga

Ergógrafo de Mosso

 

V. La influencia del Centro de Estudios Históricos en la modernización de los estudios literarios y lingüísticos: Mario Pedrazuela Fuentes
Introducción
1. La enseñanza de la lengua y la literatura en el siglo XIX
1.1. Las aportaciones de Giner de los Ríos y la ILE en la enseñanza literaria
2. El Centro de Estudios Históricos y la reforma de la enseñanza de la lengua y la literatura
3. El Instituto-Escuela, banco de pruebas de una nueva enseñanza Literaria
3.1. Una colección de lectura: la Biblioteca Literaria del Estudiante
Conclusión
Bibliografía

Don Juan Manuel

VI. Las primeras mujeres catedráticas de institutos de enseñanza secundaria en España durante la dictadura de Primo de Rivera y su relación con la JAE:
Natividad Araque Hontangas
1. Introducción
2. La incorporación de las primeras profesoras y catedráticas a los Institutos de enseñanza secundaria (1911-1928)
3. Catedráticas en los institutos femeninos creados al final de la dictadura de Primo de Rivera en Madrid y Barcelona
4. Una visión panorámica de las primeras catedráticas de los institutos de enseñanza secundaria
5. Noticias biográficas de un grupo de catedráticas pioneras
6. Conclusiones
7. Bibliografía

Carmen Vielva Otorel, una de las primeras catedráticas de Instituto. Fotografía procedente del archivo histórico del IES Jorge Manrique de Palencia

Carmen Vielva Otorel, una de las primeras catedráticas de Instituto. Fotografía procedente del archivo histórico del IES Jorge Manrique de Palencia

VII. La incorporación de las mujeres a la educación secundaria durante la Segunda República: un estudio de caso sobre el Instituto Quevedo de Madrid: Rebeca Herrero Sáenz
1. Introducción
2. La incorporación de las mujeres a la educación secundaria durante
la primera mitad del siglo XX: el papel de la Segunda República
2.1 Evolución de la red de centros públicos de enseñanza secundaria en España (1909-1950)
2.2 Evolución del número de estudiantes matriculados en enseñanza secundaria en España (1909-1950)
2.3 Evolución del porcentaje de alumnas de enseñanza secundaria en España (1909-1950)
2.4 Panorámica general de la evolución de la enseñanza secundaria en España en la primera mitad del siglo XX.
3. El Instituto Quevedo de Madrid: un estudio de caso
3.1 Creación e historia del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza Quevedo
3.2.Las mujeres en el Instituto Quevedo: las profesoras
3.3. La presencia femenina en el alumnado del Instituto Quevedo
4. Reflexiones finales
5. Bibliografía

Fachada del palacio de Altamira de Madrid en el nº 8 de la c/ de la Flor Alta en el distrito centro de Madrid. Sede del instituto republicano Quevedo.

Fachada del palacio de Altamira de Madrid en el nº 8 de la c/ de la Flor Alta en el distrito centro de Madrid. Sede del instituto republicano Quevedo.

 

VIII.  Los institutos republicanos madrileños (1931-1939) y su plantilla de
Catedráticos: Vicente José Fernández Burgueño
1. Introducción
2. El Instituto Cervantes
3. Las primeras medidas del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes a favor de la segunda enseñanza
4. La suspensión de la Compañía de Jesús
5. Los institutos de segunda enseñanza creados en 1932
6. La ley de confesiones y congregaciones religiosas
7. Nuevos institutos en Madrid en 1933
8. Un intento fallido. El Instituto Elcano
9. Los catedráticos de los institutos madrileños
10. La guerra civil: el principio del fin
11. Clausura de los institutos republicanos madrileños
12. Depuración y diáspora del profesorado
13. Conclusiones
14. Bibliografía

Interior del IES Cervantes de Madrid en el que impartió clases en el curso 1935 1936 como catedrático de Francés Antonio Machado

Interior del IES Cervantes de Madrid en el que impartió clases en el curso 1935 1936 como catedrático de Francés Antonio Machado

IX. Guillermo Díaz-Plaja: la enseñanza de la lengua y la literatura en Cataluña en el contexto de la JAE: Juana María González García
1. Introducción
2. Algunos datos biográficos
3. El Institut-Escola de la Generalitat y el Institut-Escola Pi i Margall
4. Las colaboraciones de Díaz-Plaja en el Butlletí de l’Institut Escola de la Generalitat
5. Las publicaciones escolares de Guillermo Díaz-Plaja
6. Conclusiones
7. Bibliografía

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X. El geólogo Vicente Sos. Historia de vida de un profesor e investigador de la Junta para Ampliación de Estudios: Santos Casado
1. Vicente Sos y la escuela del Museo de Ciencias Naturales
2. La formación de un geólogo
3. En el Museo Nacional de Ciencias Naturales
4. Pensionado por la Junta
5. La Institución y su entorno
6. De la investigación científica a la enseñanza secundaria y viceversa
7. Ciencia en guerra
8. Exilio interior
9. Retorno y reparación
10. Obra e ideal
11. Bibliografía

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Vicente Sos durante una de las entrevistas, el 19 de diciembre de 1991. Fotografía de Santos Casado

 

NOTICIAS BIOGRÁFICAS DE LOS AUTORES

ILUSTRACIONES

Noticia sobre un libro acerca de la educación en la Segunda República y la represión franquista

A través de la eficaz lista de distribución de la Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE) he tenido noticia de la reseña de Antonio Viñao del siguiente libro -editado por la Universidad de Valladolid–  que, por su interés para quienes se interesan por los logros educativos de la Segunda República, -a los que se ha aludido en esta bitácora en varias ocasiones (ver aquí) –  transcribo a continuación.

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Esteban, Asunción e Izquierdo, María Jesús, La revolución educativa en la Segunda República y la represión franquista. Valladolid, Universidad de Valladolid, 2014, 227 páginas. ISBN: 978-84-8448-777-7.

Este libro es el resultado de unas Jornadas tituladas «Lecciones contra el olvido: enseñanza-cultura republicana y represión franquista» llevadas a cabo en marzo de 2012 en la universidad vallisoletana y organizadas por el Colectivo Contra el Olvido y la Asociación Memoria de la Transición.

En total incluye 16 trabajos agrupados en cuatro epígrafes.

El primero – Reforma educativa y revolución cultural durante la Segunda República– reúne textos de

– Hilda Farfante: «El Grito de Hilda, rompiendo silencios».

Carlos Lomas :»Literatura y memoria en tiempos de olvido: la utopía republicana de una educación democrática».

Mª del Carmen García Alonso: «Las 26.550 noches de Palmira. Cultura frente a dogma en las Misiones Pedagógicas de la Segunda República».

– e Ignacio Martín Jiménez: «La educación republicana: un instrumento de reforma social».

El segundo apartado – Represión en la enseñanza y exilio de la cultura – incluye los trabajos de:

– Mª Jesús Izquierdo: «Depurar a quien envenena el alma«.

Raimundo Cuesta: «El purgatorio docente: entre el desguace de los institutos y la reinvención del Bachillerato tradicional».

Clara E. Lida: «El exilio cultural y científico en México. La Casa de España, 1938-1940».

Esperanza  Ortega : «Enseñanzas de la escuela que no conocimos».

Alicia Alted:  «Exilio de la cultura».

– y Enrique Rivas «Cultura y exilio republicano».

El tercer epígrafe – Nacionalcatolicismo y resistencia durante el franquismo–  recoge textos de:

Elena Maza Zorrilla: «Las reglas del juego del nacional catolicismo».

Jaume Claret Miranda:  «La Universidad de Valladolid por Franco».

y Pere Ysàs: «Personas conflictivas: intelectuales contra la dictadura».

Por último, el cuarto – Homenaje a los trabajadores de la enseñanza represaliados– , contiene:

– un testimonio: el de Celia Muñoz,

– un listado de los trabajadores de la enseñanza de Valladolid asesinados y encarcelados durante la Guerra Civil y el Franquismo, titulado «Pizarras vacías»

– y la aportación de Reyes Mate:  Educar contra el olvido: la memoria como conocimiento moral.

En las páginas finales, a todo color, figura un álbum fotográfico sobre el proceso de elaboración del mural La alegría de la República, de Manuel Sierra, expresamente realizado con motivo de estas Jornadas.

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Iniciativas francesas sobre el estudio histórico de la geografía escolar

La geografía escolar sigue suscitando el interés de los investigadores. Así lo demuestran dos iniciativas de las que doy cuenta.

Por una parte me refiero al ciclo de  conferencias «Le monde des géographies scolaires» organizado por el seminario «La fabrique de la géographie scolaire» de la Universidad Paris Diderot-Paris 7, cuyo programa detallado está accesible aquí.

Los organizadores –Pascal Clerc, Caroline Leininger-Frézal y Bertrand Plevel-, pretenden confrontar el modelo francés de «historia-geografía-educación cívica» con la enseñanza de la disciplina de la geografía en otras culturas escolares desde una perspectiva de educación comparada. Su intención es profundizar en el conocimiento del lugar de la geografía en los curriculums, y en los objetivos de la enseñanza de esa disciplina, las prácticas didácticas implementadas, los objetos que se privilegian en su enseñanza y la formación de los enseñantes de geografía en diversos países de Europa, América y Asia.

Por tales razones el ciclo está organizado de la siguiente manera:

19 noviembre 2014: Carmen Mínguez García, «L’enseignement de la géographie en Espagne»

10 diciembre 2014: Diana Saavedra López, «La géographie au Chili: un contexte à l’histoire»

21 enero 2015: Philippe Hertig, «La géographie scolaire en Suisse romande: des finalités ambitieuses..mais encore?»

4 febrero 2015: Amin Eskander, «Défis et enjeux de l’enseignement de la géographie en Syrie»

4 marzo 2015: Karl Donert, presidente de EUROGEO, «Enseignement de géographie en Angleterre: challenges, réflexions, organisations et opportunités».

Les cartes de notre enfance

Por otro lado acaba de aparecer el libro de Jacques Scheibling y Caroline Leclerc Les cartes de notre enfance-Atlas Mural Vidal-Lablache, Armand Colin, 2014, 160 p., 29 €. En la sección de comptes-rendus de La Cliothèque de la asociación de Les Clionautes se ha publicado una reseña de Xavier Leroux que transcribo a continuación:

«Lancées à partir de 1885 dans le double but de transmettre l’amour de la patrie et de développer le fond scientifique naturaliste de la géographie de l’époque, les cartes Vidal-Lablache (du nom commercialement adapté du père de la géographie française) ont marqué les esprits de générations d’élèves et d’enseignants.

Le géographe Jacques Scheibling et l’éditrice-historienne Caroline Leclerc reviennent sur l’histoire de ce succès non démenti (800.000 exemplaires furent vendus dès 1920) à l’aide d’une collection privée (celle de Fred Perrin dont les coordonnées sont présentes dans l’ouvrage) regroupant la quasi totalité de ce qui a été publié entre 1885 et 1969.

Divisé en deux parties, le livre s’intéresse à « La France et son empire » mais également aux « Continents ». Les cartes sont reproduites avec grand soin en regard d’une page de texte les commentant.

Les espaces retenus sont souvent traités de manière double pour aborder les aspects naturels (la « carte physique ») et humains (la « carte politique », parfois présente en deux versions pour comparer les évolutions).

Comme l’utilisation passait par l’apprentissage (dont il est rappelé que la pratique fut développée davantage par les inspecteurs et les instituteurs qu’en fonction des préconisations de Vidal), la présence de nombreux toponymes hiérarchisés se perçoit sur bon nombre de cartes.

Ceci étant, cette technique de superpositions des noms présente ses propres limites et certaines cartes demeurent imbitables à l’image de celle de Paris intra-muros qui cherche l’exhaustivité ou mal structurées à l’image de celle sur l’industrie et le commerce de la France qui hiérarchise mal l’information (mais il est là rappelé que le parti pris du cartographe est une donne dont il faut tenir compte et Vidal n’était pas particulièrement porté sur les villes et l’industrie).

En revanche, l’auteur savait soigner le cadrage lorsque cela s’imposait (la carte des canaux se concentre sur une large partie nord de la France) et se rendre pédagogique lorsqu’il était question de visualiser les proportions des espaces (nombreux exemples d’inclusion et de comparaison dans le cartouche : le département d’Alger tient dans la Gironde, la Cochinchine « tient » largement dans la France). Les textes insistent d’ailleurs sur ces points (« L’Europe fait 1/3 de l’Afrique,… 1/4 de l’Asie », « La France tient 18 fois dans l’Europe »).

Une compilation agréable à parcourir qui permettra d’appréhender les évolutions des territoires mais surtout de se rendre compte que ces cartes constituent le reflet d’une époque passée…encore que certaines n’ont toujours pas été décrochées des classes et que les autres trouvent une seconde vie décorative dans le circuit de la vente d’occasion».

La SEPHE celebrará sus VI Jornadas científicas del 22 al 24 de octubre de 2014

logo SEPHE

Cartel VI Jornadas SEPHE

 

Entre los días 22 y 24 de octubre se celebrarán en Madrid las VI Jornadas de la Sociedad Española para el Estudio del Patromonio Histórico Educativo. Más de un centenar de investigadores y profesores de Italia, Francia, Portugal, Brasil y España se reunirán para debatir  acerca de : “Pedagogía museística: prácticas, usos didácticos e investigación del patrimonio educativo”,  y para rendir homenaje al promotor de la sociedad científica que auspicia estas jornadas, el profesor Julio Ruiz Berrio, recientemente fallecido, impulsor del Museo de Historia de la Educación «Manuel Bartolomé Cossío» de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense.

Las Jornadas se has organizado en torno a tres secciones, cuyos objetivos, según los organizadores, son los siguientes:

1. Buenas prácticas: conservación, restauración y catalogación del patrimonio histórico-educativo

La recuperación del patrimonio empieza por este tipo de  actuaciones que hacen posible la existencia de los museos pedagógicos. Después de catalogados, restaurados y puestos en las condiciones de conservación idóneas, los fondos documentales, científicos, bibliográficos o artísticos de los centros educativos se pueden difundir, estudiar o utilizar con garantías. El asesoramiento o intervención directa de los profesionales de archivos, bibliotecas y museos es esencial para que el resultado las referidas actuaciones cuente con todas las garantías. La digitalización de los fondos es fundamental para su investigación o aplicación didáctica.

2. Usos didácticos del patrimonio histórico-educativo

Los objetos que forman parte del patrimonio de las instituciones educativas (documentos, libros, cuadernos de alumnos, objetos e instrumentos científicos) más allá de su condición museística, son todavía hoy instrumentos válidos, perfectamente utilizables, para actividades y experiencias de carácter didáctico. Para los profesores, los objetos patrimoniales ofrecen muchas posibilidades desde el punto de vista metodológico, porque ensanchan el abanico de los recursos didácticos que aportan conocimientos y destrezas a los alumnos. Así mismo, contribuyen a desarrollar en estos una conciencia del valor de ese patrimonio.

3. Investigación del patrimonio histórico-educativo

La documentación conservada en los archivos de los centros educativos, los libros de texto y de consulta, el material de laboratorio, y los trabajos y cuadernos escolares son fuentes primarias imprescindibles para el estudio de la historia de la educación. Los archivos permiten conocer quiénes fueron los agentes (profesores y alumnos) de las instituciones educativas. El resto de la documentación sirve para conocer cómo funcionaban esas instituciones, qué se enseñaba a los alumnos, cómo se les enseñaba y qué aprendían. En relación con sus aprendizajes, son de gran valor los materiales escolares elaborados por ellos mismos.

A través del siguiente link (aquí) se puede acceder al listado de las comunicaciones que se expondrán en las jornadas, cuyo acto inaugural se celebrará en el Instituto San Isidro de Madrid (C/Toledo, 39  el 22 de octubre a las 5,30 de la tarde, centro educativo de larga historia a la que podemos aproximarnos a través de un libro reciente, editado por el CSIC, y coordinado por Leonor González de la Lastra y Vicente Fernández Burgueño, del que nos hemos hecho eco en esta bitácora (aquí).  En el Instituto San Isidro, con motivo de estas jornadas de la SEPHE,  la profesora Carmen Rodríguez Guerrero ha organizado una exposición sobre la historia de la prensa educativa y el profesor Rafael Martín Villa mostrará junto a un grupo de alumnos el interesante museo del Instituto.

Las sesiones de los días 23 y 24 tendrán lugar  en el Centro Asociado de la UNED Escuelas Pías (C/Tribulete, 14). El jueves 23 habrá una visita guiada, a cargo de las profesoras Encarnación Martínez y Carmen Masip,  al patrimonio del Instituto Isabel la Católica, sede del antiguo Instituto-Escuela, sección Retiro, parte del cual así como el de los institutos San Isidro, Cardenal Cisneros y Cervantes, se recuperó y puso en valor gracias al programa de I+D CEIMES, coordinado por el autor de esta bitácora, entre los años 2008 y 2012, tal y como se expone en el libro colectivo Aulas con memoria. Ciencia, educación y patrimonio en los institutos históricos de Madrid (1837-1936), editado por Doce Calles, reseñado aquí.

Información más detallada sobre estas VI Jornadas científicas de la SEPHE se encuentra  aqui  y en este tríptico:

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Tríptico VI Jornadas SEPHE_Página_2

 

Cuerpos en cera: la colección Javier Puerta de la Facultad de Medicina de la Complutense se desplaza a Burgos

Hace unas entradas di cuenta – aquí– del proyecto Albinus, una extraordinaria publicación digital sobre el Atlas anatómico fruto de la colaboración entre el médico Bernhard Siegfried Albinus y el artista y grabador Jan Wanderlaar.

Ahora conviene llamar la atención sobre otra magnífica muestra de los avances de la medicina ilustrada. Se trata de la singular colección anatómica de objetos tridimensionales, hechos en cera, existentes en la colección  Javier Puerta de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Para mostrar el sistema cardiovascular a los futuros estudiantes de medicina, entre otros objetivos, se elaboraron un conjunto de esculturas tridimensionales, en las que destacan piezas relacionadas con la obstetricia.

Con motivo del traslado de cuarenta de sus singulares piezas al Museo de la Evolución Humana de Burgos, dirigido por Juan Luis Arsuaga,el programa Primer Plano de la televisión de Castilla y León ha elaborado un documental en el que se muestran estas extraordinarias piezas de la medicina ilustrada, impulsada en el siglo 18 español en diversas instituciones como el Real Colegio de Cirugía de San Carlos, fundado en 1780. En la producción de esta colección como explican Fermín Viejo, director del mencionado Museo Javier Puerta de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, y el catedrático de Anatomía José Ramón Sañudo, desempeñó un singular protagonismo Ignacio Lacaba, coautor con Jaume Bonells, entre 1796 y 1800, del importante Curso completo de Anatomía del cuerpo humano. En él se plasmaba, como expuse en mi Breve historia de la ciencia española, la fecunda labor realizada por los colegios de cirugía de la España ilustrada a favor de esa disciplina, que generó entre otros resultados la colección que se conserva actualmente en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, parte de la cual pueden admirar los visitantes del burgalés Museo de la Evolución Humana hasta el próximo mes de julio de este 2014.

He aquí el mencionado video

La educación científica en Estados Unidos entre 1890 y 1930: reseña de un libro de Sally Gregory Kohlstedt por Maria Elice Brzezinski Prestes

Sally Gregory Kohlstedt, -ver su curriculum aquí-  es actualmente profesora de la Universidad de Minnesota.

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Imágenes de mariposas por María Sybilla Merian (1647-1717), icono elegido por Sally Gregory Kolhstedt para ilustrar su website

En 2010 publicó un importante libro sobre cómo se incorporó la preocupación por la enseñanza de la ciencia, y particularmente de las ciencias de la naturaleza, movimiento que se denominó «nature study», en el curriculum de los escolares norteamericanos en el gozne de los siglos XIX al XX a través de una alianza entre líderes científicos, reformadores educativos y maestros y maestras con interés en introducir innovaciones en las aulas.

Se trata de la obra Teaching Children Science. Hands-on Nature Study in North America, 1890-1930. Un índice de sus contenidos y una selección de las observaciones de algunos de sus lectores se encuentran en la información ofrecida por su editor: la prestigiosa editoral de la Universidad de Chicago. Ver aquí esa información.

Portada libro Kohlstedt  Teaching Children Science

Ahora en el Newsletter de abril-mayo de 2014 -ver aquí– del International History, Philosophy and Science Teaching Group, (IHPST), impulsora de la revista Science and Education, se publica una amplia reseña de esta obra a cargo de Maria Elice Brzezinski Prestes, del Departamento de Genética y Biología Evolutiva del Instituto de Ciencias de la vida y del grupo de investigación Historia, Teoría e Ensino de Ciencias de la Universidad de Sao Paulo. Ver su curriculum aquí.

Reproduzco acá esta interesante reseña

The development of science teaching programs in schools is an important and yet relatively unexplored subject in history of education in general. The intricate ways by which scientific ideas about nature were first organized for presentation to children also arouse interest in the history of science. They reflect the natural sciences community’s growing authority and the recognition that knowing more about nature is fundamentally important for future generations. The approaches used by the anonymous teachers who initiated the implementation of a specific science curriculum for children, in turn, are inspiring to those involved with science education, whether in research or in the classroom practice.

Teaching Children Science: Hands-on Nature Study in North America, 1890-1930 is a vivid and strongly documented narrative that has much to reveal for all these three specific audiences. Each one will find its own focus within the narrative of how American children in that period learned about the natural world, how they were taught, and who taught them. Additionally, the book provides an impressive “institutional account of the circumstances that brought the idea of nature study into prominence” (p. 1-2) in American school systems at the beginning of the twentieth century. Although the nature study movement was well investigated before, with the production of iconic works such as Kevin Connor Armitage’s The Nature Study Movement: The Forgotten Popularizer of American’s Conservation Ethics (2009), Kohlstedt’s exhaustive research sheds new light on this subject.

Sally Gregory Kohlstedt is a professor in The Program of History of Science and Technology at the University of Minnesota. With a long and active role in the History of Science Society, Kohlstedt has a steady production of books and papers in this field of study. Her previous monographs demonstrate an outstanding expertise in the history of scientific institutions, such as The Formation of the American Scientific Community: The American Association for the Advancement of Science (1976) and The Establishment of Science in America (1999), co-authored with Michael Sokal and Bruce Lewenstein. Her approach links the dynamics of science with culture to expose how social, political, and intellectual matters can influence scientists and contrariwise. To do this, the historian of science looks for the intersections “where scientific practitioners cross paths” with another audiences, as she states in her curriculum vitae. This research program is precisely what she delivers in Teaching Children Science. The book brings out the frame of institutions that engendered the connections between leading scientists, educational reformers, and science instructors—particularly women, who were mostly responsible for implementing the new curriculum in schools.

The book has eight chapters that cover different perspectives on a movement that introduced science—“nature study,” as it was named at the time—into public schools in U.S. From the 1880s onwards, as several examples in the book illustrate, the reader learns how the nature study curriculum spread throughout the country after flourishing in the North-East, the upper Midwest, and the Far West. From major urban cities in these regions, such as New York, Chicago, and Los Angeles, the program spread into suburbs, small towns, and rural one- and two-room schools in the public, private, and parochial school systems. Kohlstedt briefly mentions the introduction of the nature study in other countries, but only for English-speaking ones such as Canada (Ontario, Guelph, and Montreal), Britain, Scotland, Ireland, and a very quick mention to Australia and New Zealand. So a pertinent criticism can be made to the “North America” of the title of the book, which creates the expectation of a thorough approach to Canada and Mexico, and this last country is not even mentioned.

This panorama is constructed from an immense mass of documents selected from two decades of research. The archive list draws from 39 different institutions, including the United States National Archives, museum and academic society archives, many university libraries, and some public libraries in the key regions she inspects. Some special collections of children’s textbooks and popular books, government reports and bulletins, biographical dictionaries, as well as 26 pages of secondary sources indicate the extent of Kohlstedt’s careful research. However, what is so important as the hard work of fishing relevant information from all that material is the subtle narrative that emerges from the lives of the teachers, scientists, and others engaged in nature study education in the USA during the four decades covered by the book.

And what was the nature study movement, and what was the tendency of that curriculum? Finding herself obliged to avoid a simple and comprehensive definition of the nature study movement, the author concludes that it was precisely its rich and varied expressions that helped explain its success. Basically, nature study assembled a curriculum devoted to teaching hands-on and age-specific activities that related to the students’ personal experience. Students should be acquainted to current scientific thinking, they believed, through close observation and face-to-face contact with the natural world, which would furnish them with an appreciation for the processes of living things in their environment. Nature study also had a strong association with themes of civic and moral uplift.

The nature study movement is presented as deeply rooted in the American enthusiasm for natural science and commitment to education for all children. To account for this history the author was guided by some general concerns that cross the whole text, such as connecting “some of the key advocates who framed” the fundamental principles of the nature study program, the “threads of preparation by teachers and supervisors who implemented it,” and the “multiple ways that the concept continued to resound long after the term had receded from school usage” (p. 2).

In the Introduction we learn about the two main theoretical aspects that informed nature study in the USA. One of them was the thought developed in the 1870s by reforming educational philosophers who were trained in German pedagogy and psychology. They had a strong commitment to a child-centered curriculum that took the developmental stage of the child into consideration. And this aspect connects with the second one, which was documented by nature study practices in a great number of urban and rural schools, namely the development of theories and methods concentrated in learning about nature outside with materials close at hand. Not coincidentally, the conception of “Educating with Nature’s Own Book” provides the title for the book’s first chapter. Leading scientists such as Louis Agassiz and educators like Horace Mann are mentioned side by side with the teachers who criticized traditional methods of teaching botanical or zoological terms.

The overview of the meaning and values pursued by the nature study movement at the time gradually appears in Teaching Children Science through the titles of a vast collection of materials mentioned throughout the book. Diverse textbooks, handbooks, pamphlets, leaflets, and journals on the subject were written by naturalists and practicing educators of the time. Outstanding are the thirteen guides for science teaching published under the auspices of the Boston Society of Natural History between 1876 and 1896. One of these guides, A First Lesson in Natural History (1879), written by Elizabeth Cary Agassiz in the form of a familiar conversation with young women, presents the seashore life in eastern Massachusetts. Botany for Young People and Common Schools: How Plants Grow (1858), written by Asa Gray, reached numerous editions. Child’s Book of Nature (1885) by Worthington Hooker was addressed to “the mother and the teacher.” Reading these books and the others mentioned below should not be of interest to historians of science only; taking into account the context in which they were written, they can still provide inspiration for science and biology teachers today.

In the second chapter, “Devising a Curriculum for Nature Study,” readers are acquainted with some of the intricate relationships between researchers at leading universities, from Massachusetts to Chicago, and the US school system. Above all, in this chapter more so than in the others, we can see the extent of the contribution of Kohlstedt’s book, even compared to revisionist historiography that largely concentrated on “governing education and issues of consolidation, standardization, and requirements” (p. 9) by focusing on those who had social or political power or on how parents and teachers discussed and defined programs. Instead, Kohlstedt focuses on how curriculum was negotiated among administrators, teachers, parents, political leaders, community activists, and educational theorists. Illuminating all these different characters, the historian of science reveals “how gender, class, and ethnicity were inevitably woven” (p. 9) in the nature study practices, as she promised in the Introduction.

Chapters three and four illustrate the diversity of the initiatives that introduced nature study in urban and rural areas, both in public and parochial school systems. The spirit of teaching with the world in which the child lives and its natural environment, reinforced by direct observation and cultivation of sympathetic acquaintance with nature, narrowed the relationships or “cross paths” between scientific educators, urban schools, and a variety of institutions, predominantly but not exclusively scientific, such as natural history museums, botanical gardens, zoological parks, and aquariums.

It is striking that the most remote cities across the country were working to find “the one best system” (p. 40) of education in “standardized programs intended to produce moral citizens able to work in their communities” (p. 68). The distinctive ways in which nature study was implemented emerged as opportunities to promote, for instance, community projects for eliminating mosquitoes and thus stem the incidence of malaria or to encouraging gardens with edible and flowering plants in local schools in Worcester, Massachusetts. Here, as throughout the book, the author deeply explores some inspiring examples while simultaneously mentioning many other cases that illustrate the national scope of nature study.

In rural areas, courses that were intended for future farmers, which focused on topics like entomology and agriculture, kept the face-to-face approach to nature, the use of natural specimens, and field excursions. The Handbook of Nature Study (1911) by Anna Comstock went through more than twenty editions and translation into eight languages (and remains in print today). It is an outstanding example of that direct approach to nature colored by a clear ecological sensibility and a commitment to the growing conservation movement. Another influential and widely distributed book was The Nature-Study Idea (1909), by Liberty Hyde Bailey, which influenced the implementation of a child-centered curriculum and guided teachers in exploring the intricacies of plant and animal life.

Throughout the book criticism and resistance to the nature study curriculum are also examined. This criticism related to various aspects of the curriculum, such as the extra time and attention required from the teacher in preparation for the new task and the organization of materials for practical classes. In addition to nature study, other educational “fads” that were criticized included music and drawing, because they “distracted students from basic studies and led to failure on standard tests” (p. 64). The press sarcastically criticized schools for “forcing pupils to take to the woods” to become naturalists “of the Robinson Crusoe type” (p. 43). Even inside universities that were engaged with educational research and preparing graduates to become instructors in normal schools, authorities advised to not let it become known that the chief interest was in the primary school because it represented something “beneath the dignity of any university to identify itself with the training for the instruction of young children” (p. 39), such as documented by an educator in University of Illinois in Urbana. The “feminine” face, soft and sentimental, lacking “rigor,” was pointed out by some of the critics as responsible for the nonscientific character of the nature study and as a reason to drag it out of school curricula.

The fifth chapter is in some ways the most exciting one; its departure from the format of the previous chapters means that it could be read separately as a summary of the theoretical trends that the previous chapters explore in more detail. The chapter lists the four aforementioned educational approaches in nature study and explores how each one influenced the implementation of the curriculum, not without some overlapping between the different approaches. The first was that of initial foundations for nature study, established under the instructor Wilbur Jackman and his Chicago colleagues; they combined their own scientific interests with child-centered pedagogy and ideas from some European educational philosophers. The second approach, compatible with the former, was developed by Charles and Frank McMurry based on the educational philosophy of Johann Friedrich Herbart, who, among other things, recommended integrating different subjects, such as pairing discussion of natural objects with painting, clay modeling, and written self- expression. The third approach was that of the Worchester’ schools, where Clifton Hodge’s projects focused on empirical and pragmatic aspects of the everyday life of children and citizens in an industrial context. The fourth outlook, expressed in Bailey and Comstock’s works, assumed that despite the familiarity of rural children with nature, it was necessary to attune them to more aesthetic and scientific ways of understanding both the domesticated and the wild landscapes in which they lived. The syntheses made in this chapter shows that these theoretical engagements gave rise to the multiple facets that characterized the nature study movement.

The rest of the chapter, in a series of smaller sections, resumes and expands new perspectives on nature study applications. Despite the emphasis on “nature, not books” that was advocated everywhere, one section shows how initiatives that enabled elementary teachers to teach the new curriculum resulted in an exponential growth of educational market in the latter decades of the century. Nature study curricula spread as a result of that broadening market for different pedagogical materials, from books and manuals to leaflets, pamphlets, illustrations, hanging wall charts, and even games. Another section resumes the debate over traditional classrooms and shows that nature study incorporated the reforming educators’ emphasis on the importance of the child as the center of the teaching process. They focused on activating children’s inner potential for observation and reason and on linking all the sciences to and through life experiences. Following Herbart’s ideas, the active correlation of subjects like art, literature, and geography, was proposed within an integrated curriculum. A new section discusses how, after the turn of the century, psychological approaches took place that were derived from the psychology of Wilhelm Wundt. These approaches inspired the research of G. Stanley Hall at Clark University as well as Clifton Hodge’s projects on “out-of-door life.” Other sections also resume the aforementioned theoretical debate by focusing on different aspects of it, such as the particular development of illustrations, animal stories, and connection between nature study and civic reform. As the author concludes, the multiple strands of nature study meant that it was never standardized in a single, prescriptive curriculum. And it could not have been different, since the only common point was the use of local materials by a creative and autonomous teacher.

The sixth chapter, “Establishing Professional Identities,” turns its attention to the system of teacher preparation. Describing the specificities of normal schools and college departments, the author shows that these two institutions were progressively defining agenda in public schools, producing materials, and educating the best-trained teachers and future administrators. But only progressively, because up to the first quarter of the twentieth century, normal school students were a privileged minority. Here the book again takes up initiatives mentioned earlier, such as the highly experimental program developed by John Cook and Charles McMurry in the Northern State Normal School in DeKalb, Illinois. The core idea was that of supervised teaching, meaning that normal school should be the place for “observation and experience of actual teaching in a standard classroom” (p. 150). Nature study moved quickly across the country, and the chapter describes the conditions and particularities of teacher preparation in normal schools in the 1880s and 1890s in the West Coast (Los Angeles), in the South (Nashville, expanding out to other cities in the first two decades of the twentieth century), in the upper Midwest, and in the Northwest.

A clear sign of the new curriculum’s prominence was the establishment of a distinct “supervisor” position for nature study in a significant number of schools by the turn of the twentieth century. The supervisor’s function was to visit schools to advise on curricula, train teachers, and provide local materials. Here, as in other parts of the book, the methodological choice for a kind of narrative related to “history of life” positions the reader as an eyewitness of particular and thought- provoking experiences. Additionally, the author supplies an appendix with a partial but undoubtedly meaningful list of individuals “noted in a wide range of ephemeral sources” (p. 239) that contains 42 nature study supervisors in schools, 16 in museums, and 38 in normal schools, training, or practice schools in different regions of the country between the 1890s and 1930s.

Nature study reflects the gendered division of labor in teaching. Despite being dominated by women, statistical analysis reveals that men, on average, taught older rather than younger students (more on college or normal schools faculties), taught more boys than girls, taught “harder” subjects, were more encouraged to teach about ideas, and to organize the profession. Men also published more articles on the definition of nature study, while women wrote more reports on classroom practices. That bias was not only a social construction; it was also rooted in the work of leading psychologists such as Edward Thorndike, who thought women were not suited for the rigors of science but were appropriate for teaching young children. Nature study critics even blamed women for the failure of nature study. As Kohlstedt summarizes, such gendered and hostile rhetoric was “widely used in educational journals and contributed to the attack on the so-called feminization of education in the early twentieth century” (p. 172). Despite the prejudices, among all members of the Nature Study Society, women represented about a quarter of the teachers who taught at normal schools and colleges of education. Despite the resistance of editors, women continued publishing textbooks, readers, manuals, and leaflets. In fact, commitment and creativity were present in nature study teachers in general, both female and male.

Chapters seven and eight deal with the historical accounts of Nature-Study Review, launched in 1905, and the still-existing American Nature Study Society, created in 1907. The first editor of Nature-Study Review was Maurice A. Bigelow, a faculty member at Teachers College in New York. Aiming to present education as an emerging academic discipline, with sound research practices and theory, he invited well-known contributors to nature study with academic credentials to join its advisory board. The first three volumes were clearly more theoretical and intended to clarify what had become “controversial among academics and remained a challenge to teachers” (p. 177). The articles were mainly devoted to discussing the theory and pedagogy of nature study, as well as discussions about its relation to natural science itself. The editor was looking for common principles of nature study, even given the diverse views and definitions of it. At the same time, while the Review was initially conceived to address the concerns of teachers, administrators, educational psychologists, and educational philosophers and to provide a forum for discussion that balanced theory and practice, it gradually expanded to include space for teachers to present their own experiences. The journal passed through the hands of several editors, including Anna Comstock, but the efforts to maintain it were not sufficient. After merging with a new journal in 1923, it tried to restart under the name Nature and Science Education Review; however, both sunk and the nature study movement eventually lost its official communication channel. Around the same time, supporters of nature study connected to the Society had turned their “attention toward the broadening inclusion of nature study in other venues” (p. 214). In its place, gradually and definitively, concern shifted to elementary science, the new science project for schools.

All of this rich material makes reading Teaching Children Science inspiring and profitable. Not only because the author redeems nature study from its former naïve appearance and displaces the marginal position assigned to it in the curriculum by previous analyses, which directly concerns historians of education and historians of science. The book is also valuable because science education (still) has to face strong students’ unawareness about the natural beings in the place where they live. Today disinterest of the young in science studies in school and in scientific careers is frightening to the community of educators. Maybe some of the ideas espoused by educators and teachers of the nature study movement, recontextualized by current educational knowledge and redirected to the current goals of science teaching in primary school, may provide some fruitful clues. At least, Sally Gregory Kohlstedt fulfilled her part of that bigger challenge.

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Presentación de una obra colectiva sobre el Instituto San Isidro

El pasado día 23 de abril a partir de las 17 horas se presentó en el Salón de Plenos del Consejo Escolar del Estado el libro El Instituto de San Isidro. Saber y patrimonio. Apuntes para una historia, editado hace unas semanas por la editorial de mi institución, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y en el que colaboran una veintena de autores. Su portada es la siguiente.

Portada del libro

El acto contó con nutrido público, en torno a dos centenares de personas, que acompañaron a los presentadores de la obra.

libro san isidro publico

Público asistente a la presentación del libro sobre El Instituto de San Isidro en el Consejo Escolar del Estado el 23 de abril de 2014

La mesa la presidieron Francisco López Rupérez, como presidente del Consejo Escolar del Estado, y Alicia Delibes Liniers, viceconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid, quienes inauguraron y cerraron el acto respectivamente, ubicando en sus intervenciones  al Instituto San Isidro en la tradición educativa del liberalismo español y efectuando una defensa de la enseñanza de las humanidades en el bachillerato. También tomaron la palabra Isabel Piñar Gallardo, directora del IES San Isidro, quien expuso los antecedentes del libro, el autor de la bitácora, como prologuista del libro, y los dos coordinadores del libro, lo profesores del IES San Isidro Leonor González de la Lastra, quien dio cuenta de los contenidos de la primera parte del libro: Tradición y modernidad, patrimonio y enseñanza y Vicente Fernández Burgueño, quien ilustró sobre las otras dos partes de la obra tituladas: Imagen social, profesores y alumnos y En torno a la historia del instituto.

intervinientes en presentación libro sobre El Instituto de San Isidro

Intervinientes en el acto de presentación del libro sobre el Instituto de San Isidro, editado por el CSIC. De izquierda a derecha Vicente Fernández Burgueño, coordinador del volumen y profesor del IES San Isidro; Isabel Piñar Gallardo, directora del IES San Isidro; Francisco López Rupérez, presidente del Consejo Escolar del Estado; Alicia Delibes Liners, viceconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid; Leoncio López-Ocón Cabrera, prologuista del libro e investigador del CSIC y Leonor González de la Lastra, profesora del IES San Iisdro y coordinadora del libro.

A continuación reproduzco el contenido de mi breve intervención, orientada como homenaje a los profesores de instituto que mantienen la tensión investigadora y como llamada de atención a cuidar de la educación pública como garante de igualdad de oportunidades, y potenciadora de nuestras capacidades intelectuales y de nuestra formación cívica.

Buenas tardes a todos.

Es motivo de satisfacción para mí participar en este acto y por ello quiero agradecer a sus organizadores su invitación por una doble razón.

Me brindan la oportunidad de contribuir a dar la bienvenida a un trabajo colectivo bien hecho, algunas de cuyas características ya expuse en el prólogo del libro que me solicitaron los coordinadores de la obra.

A él remito –aquí– pues en él expuse de manera concisa su contexto y resalté algunos de sus numerosos méritos.

También me permite esta grata invitación participar en un acto en el que cumplimos el deseo de los versos del poeta Luis Cernuda:

“Recuérdalo tú y recuérdalo a otros”.

Ahora permítanme que les lea unas reflexiones de Antonio Muñoz Molina contenidas en su último libro Todo lo que era sólido, donde tras hacer un diagnóstico de la situación en la que nos encontramos nos insta a ejercer la responsabilidad cívica y a sostener un idealismo práctico y racional.

Su lectura me ha permitido entender mejor el sentido de las páginas contenidas en la obra que presentamos aquí y ahora.

Dice así Muñoz Molina al final del mencionado ensayo. (cap. 94, p. 231):

“Necesitamos con urgencia comprender lo que está sucediendo tan velozmente a nuestro alrededor, y como no hay comprensión sin palabras necesitamos que sean lo más claras y precisas posible…
[Necesitamos] Prestar más atención a las personas que actúan que a las que hablan; las que en cada ámbito de la vida han sostenido el país y han logrado que siguiera progresando…

Padres y madres que con ternura, constancia y firmeza han enseñado a sus hijos a ser considerados hacia los demás, les han ayudado a aprender a leer; profesores y maestros que no se han dejado desanimar por la falta de consideración hacia su oficio, y al cumplir con él ha mejorado para siempre la vida de sus alumnos…

Todos aquellos que han amado lo que hacían y han ejercitado su profesión con sentido del deber y conciencia de que estaban contribuyendo en algo al bienestar común, a la solidez de la vida civil».

Y finaliza esta reflexión afirmando

«No hay trabajo real que visto de cerca no sea admirable. Y cuando mejor hecho está menos necesidad tendrá su autor de actuar como propagandista de sí mismo: es el trabajo el que se muestra en su justa medida, sin necesidad de relumbrón ni de acrobacias publicitarias; es la obra la que se explica a sí misma».

Aunque es cierto que la obra se explica a sí misma y sus autores no tienen por qué hacer acrobacias publicitarias permítanme que explique brevemente, casi telegráficamente, por qué conviene hacer publicidad de este libro, recordando tú y recordándoselo a otros.

En primer lugar nos aproxima con una mirada plural y a través de una especie de caleidoscopio a uno de los más relevantes lugares de la memoria de la enseñanza secundaria de la sociedad madrileña y española contemporánea.

Un dato nos explica este hecho. Cuando José Echegaray fue ministro de Hacienda entre julio y diciembre de 1905 logró que los parlamentarios aprobasen una partida de 100 mil pesetas anuales en los presupuestos del Estado para adquirir material científico para los institutos generales y técnicos de la época. Esta partida se mantuvo hasta la creación del Instituto de Material Científico en 1911, que presidiría Ramón y Cajal. Pues bien de las 540.577 pesetas que entraron en las administraciones de los institutos entre 1906 y 1912 para su equipamiento científico el segundo mejor dotado fue el San Isidro de Madrid con 18.473 ptas, a muy corta distancia del Cardenal Cisneros, también de esta ciudad al que fueron a parar en esos años dorados 19,660 ptas.

En segundo lugar nos introduce en aspectos significativos de un espacio ubicado en el corazón de nuestra ciudad en el que por generaciones se han diseminado saberes científico-técnicos y humanísticos entre estudiantes de todo tipo y condición.

Los autores del libro que presentamos han perseverado en una larga tradición existente en este instituto y en otros, consistente en que muchos profesores han logrado compaginar su impagable labor docente con sus afanes y preocupaciones investigadoras.

Gracias por tanto al esfuerzo colectivo subyacente a esta obra disponemos de un nuevo hito que se une a los libros de las profesoras Carmen Rodríguez Guerrero sobre la etapa fundacional del Instituto del Cardenal Cisneros, y de Encarnación Martínez Alfaro sobre el Instituto-Escuela, sección Retiro, antecedente del actual Instituto Isabel la Católica. Con este trípode disponemos de buenas guías para hacer un recorrido histórico por la enseñanza secundaria madrileña.

Quisiera subrayar asimismo que el libro El Instituto de San Isidro. Saber y patrimonio. Apuntes para una historia no hubiera sido posible sin la existencia de una comunidad educativa sólida, bien articulada, existente en este centro de enseñanza, gracias al esfuerzo de sus integrantes.

Aprovecho la ocasión para expresar mi reconocimiento al buen hacer o savoir faire que dirían los franceses de su equipo directivo, representado en este acto, entre otras personas, por su directora Isabel Piñar y su jefe de estudios Rafael Martín Villa. También deseo manifestar mi admiración al compromiso cívico, la responsabilidad profesional y la defensa de una educación pública de calidad por parte de muchos integrantes de su claustro, partícipes en la aventura colectiva que representa esta obra, representados por los dos coordinadores del libro, mis compañeros Leonor González de la Lastra, y Vicente Fernández Burgueño.

Finalmente evocaré estas palabras que encontramos en la obra Lord Jim, de Joseph Conrad:

«Es extraordinario cómo pasamos por la vida con los ojos entrecerrados, los oídos entorpecidos, los pensamientos aletargados».

Quizás la lectura de las páginas de la obra a la que ponemos de largo esta tarde, en este hermoso día del Libro, nos ayude a pasear por las aulas del San Isidro y de otros centros docentes con los ojos más abiertos, los oídos más atentos y los pensamientos más vivos y ágiles con vistas a mejorar nuestro sistema de educación pública tan necesitado de mejoras.

Muchas gracias por su atención.

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