Un podcast de la Biblioteca Tomás Navarro Tomás del CSIC para conmemorar el centenario de la fundación del Instituto-Escuela

El diario El Sol del domingo 12 de mayo de 1918 se hizo eco en su primera página, de forma destacada, de la publicación el día anterior de un real decreto en la Gaceta de Madrid, por el que el ministro Santiago Alba creaba el Instituto-Escuela de Enseñanza Secundaria. El suelto en el que se hacia eco de esa iniciativa se tituló «Reformas en la Instrucción Pública. Un ensayo trascendental».

El Sol 12 de mayo 1918 portada

Un siglo después la biblioteca Tomás Navarro Tomás del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha editado un podcast para conmemorar el centenario de la creación de ese centro de enseñanza, adscrito a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, y que tendría hondas repercusiones en los años posteriores en el sistema educativo y científico.

Ese podcast, accesible aquí, está basado en el siguiente texto, de mi autoría, que reproduzco a continuación, acompañado de información adicional elaborada por mis colegas de la mencionada biblioteca, que han hecho un magnífico trabajo para evocar la importancia que tuvo el Instituto-Escuela de la JAE durante las dos décadas de su existencia.

En una de sus muy numerosas reflexiones pedagógicas Francisco Giner de los Ríos, el Retrato de Giner de los Ríosfundador de la Institución Libre de Enseñanza, afirmaba que «lo que más le falta a nuestro pueblo, en contraste con los que hoy van a la cabeza del mundo, es aquel alto, uniforme y general nivel de cultura humana suministrado por una sólida y prolongada segunda enseñanza«.

Esa constatación era ampliamente compartida hace un siglo por intelectuales, políticos, pedagogos y científicos, conscientes de la deficiente formación de los más de cincuenta mil bachilleres que asistían como alumnos oficiales a las aulas de los más de cincuenta institutos, distribuidos por el territorio español, normalmente uno por provincia.

Muchos de esos bachilleres intentaban, en efecto, acceder a la Universidad sin disponer de sólidos conocimientos, habiendo leído solo libros de texto, incapaces, por ejemplo, de distinguir una almena de una colmena, y desconocedores de hechos políticos básicos, según denunciara el filólogo e investigador del Centro de Estudios Históricos de la JAE Américo Castro en las páginas del diario El País del 12 de octubre de 1915.

José Castillejo

Para encarar el grave problema de la deficitaria formación de los bachilleres José Castillejo, uno de los últimos discípulos de Giner de los Ríos, convenció al ministro Santiago Alba, líder de la izquierda liberal, para tomar una doble decisión en la primavera de hace un siglo. Y así ese ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes fundó el Instituto-Escuela por un real decreto de 11 de mayo de 1918 y lo adscribió a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, que presidía Santiago Ramón y Cajal y de la que Castillejo era su influyente secretario.

Con esa nueva institución educativa, que empezó su andadura efectiva en el otoño de 1918 en la madrileña calle de Miguel Angel, – donde se encuentra actualmente la sede del Instituto Internacional-, el equipo directivo de la JAE pretendía reformar en profundidad la segunda enseñanza mediante una doble estrategia. Por una parte, creando un laboratorio pedagógico en el que se ensayasen nuevos métodos y se adoptasen innovadoras prácticas docentes para favorecer una formación integral de los futuros bachilleres. Por otro lado, impulsando una escuela de formación de profesores aspirantes al Magisterio secundario, que serían los agentes del profundo cambio educativo que los pedagogos y políticos reformistas del entorno de la JAE querían auspiciar.

El Instituto-Escuela fue el último jalón del conglomerado de instituciones científicas y educativas que la JAE puso en marcha a lo largo de su primera década de existencia. Y así sus investigadores y laboratorios se pusieron desde el primer momento al servicio de las innovaciones educativas que se establecieron en el Instituto-Escuela.

Laboratorio del Instituto Isabel la CatólicaEntre esas innovaciones cabe destacar las siguientes: el cultivo equilibrado de las ciencias y de las humanidades; el estímulo a la enseñanza activa y experimental y a los trabajos manuales para que el estudiantado participase personalmente en la aventura del conocimiento a través de la elaboración de sus propios cuadernos de trabajo e instrumentos; la adopción de métodos innovadores en la enseñanza de las disciplinas científicas fomentando el uso de dispositivos visuales, las excursiones escolares y la familiaridad con las prácticas de laboratorio; la potenciación de la enseñanza de las principales lenguas modernas con profesores nativos; la introducción del griego en el plan de estudios del bachillerato; la coeducación; la importancia concedida a la práctica de las actividades deportivas, por lo que diversas alumnas del Instituto-Escuela fueron las primeras campeonas españolas en esquí, o en diversas pruebas atléticas, siendo deportistas olímpicas; la introducción de la enseñanza de la música favoreciendo a través de su coro la recuperación del cancionero popular español.

En síntesis la labor educativa llevada a cabo en el Instituto-Escuela de Madrid promovió el establecimiento de todo tipo de formas de correlación entre el pensar y el hacer.

Su aliento a maneras creativas de transmitir los conocimientos y de formar el carácter y la personalidad de la juventud encontraría muchos adeptos en sus escasas dos décadas de existencia. Hay testimonios de alumnas, como la escritora Carmen Bravo-Villasante, que pasados los años evocaban cómo deseaban que transcurriesen rápidamente los fines de semana para volver a saborear el ambiente estimulante y lúdico de las aulas luminosas y de los alegres patios donde aprendían y se divertían. Alumnos que habían sufrido los sinsabores del exilio recordarían posteriormente con orgullo cómo sus profesores les habían enseñado a ser hombres libres y tolerantes, proveyéndoles de abundantes recursos para ganarse la vida como buenos profesionales en diversas actividades y variados campos del conocimiento.

Esa identificación entre un selecto grupo de profesores, muchos de ellos vinculados a instituciones de la JAE, como el Centro de Estudios Históricos, -desde donde se promovió la creación de la singular Biblioteca Literaria del Estudiante– y sus inquietos y curiosos bachilleres, permitiría una paulatina expansión de la filosofía y acción educativa del Instituto-Escuela.

Instituto Isabel la CatólicaY así el madrileño Instituto-Escuela tendría con el transcurso de los años una doble sede en Retiro y en Hipódromo, cuyos edificios albergarían, – tras la cruenta guerra incivil-, los Institutos Isabel la Católica y Ramiro de Maeztu. Y la exitosa experiencia madrileña, ya en tiempos republicanos, se expandiría en Cataluña, donde se crearon entre 1931-1937 cuatro Institut-Escola –tres en Barcelona y uno en Sabadell-, así como en Valencia, Málaga y Sevilla, cuyo director fue el historiador Juan de la Mata Carriazo, con fuertes vínculos con el Centro de Estudios Históricos de la JAE, pues era discípulo de Manuel Gómez-Moreno.

El vendaval de la «guerra incivil» desmantelaría la singular experiencia educativa de esa red de Institutos-Escuela, pero los integrantes de la España peregrina lograrían trasladar su legado a tierras americanas, particularmente a México y a la República Dominicana, y en la España franquista instituciones privadas como el Colegio Estudio también intentaron mantener viva la llama de ese ideario pedagógico partidario de una enseñanza activa destinada a crear ciudadanos libres y responsables mediante el cultivo equilibrado de las ciencias y las humanidades.

Leoncio López-Ocón Cabrera. Investigador del Instituto de Historia. CCHS-CSIC

Enlaces de interés

Paralelamente a esta iniciativa el diario El País en su ejemplar del pasado diez de mayo de 2018 publicó un artículo de Elvira Ontañón en el que también evocó la mencionada efemérides con el artículo «En el centenario del Instituto-Escuela (1918-2018», accesible aquí.

 

De la digitalización de fondos de la Revista Matemática Hispano-Americana de la JAE al análisis de las revistas científicas del patronato Juan de la Cierva del CSIC

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El archivo-biblioteca del Centro de Física Miguel A. Catalán del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), formado por los Institutos de Estructura de la Materia, Física Fundamental y de Óptica Daza de Valdés, ha desarrollado en los últimos años una interesante iniciativa.

Conscientes sus responsables de la importancia y valor histórico de sus archivos comenzaron en 2013 a crear y organizar el archivo de sus fondos documentales con la idea de darles visibilidad. Fruto de ese esfuerzo se han incorporado al portal SIMURG, que reúne la colección de fondos patrimoniales  digitalizados por el CSIC, 75 trabajos originales (manuscritos y mecanografiados) de matemáticos españoles y extranjeros que colaboradon entre 1928 y 1933 en la Revista Matemática Hispano-Americana, cuya existencia se dilató entre 1919 y 1982, y que fue impulsada en su etapa inicial por Julio Rey Pastor y los integrantes del Laboratorio y Seminario Matemático de la JAE.

Ejercicios resueltos, 1929

 Los trabajos originales incluyen artículos científicos y colaboraciones en las distintas secciones de la revista tales como bibliografía, cuestiones propuestas o cuestiones resueltas, notas, ejercicios elementales, glosarios, etc. En muchos casos se conservan, junto con los manuscritos, las galeradas o pruebas de imprenta, además de figuras y dibujos, envoltorios y sobres de envío, que permiten mostrar el recorrido que los autores seguían para publicar un trabajo desde su redacción hasta su publicación final. De este modo, aspectos como la reutilización y aprovechamiento del papel, las notas y correcciones, los tipos de letra y firma, que pueden rastrearse a lo largo de estos documentos, son otro aliciente más para apreciar el valor histórico de este fondo que gracias al esfuerzo de Flora Granizo se ha incorporado a  SIMURG.

Ver Colección del Fondo en Simurg

Ver artículo en EnRedadera nº28

Este proceso de composición de los artículos de revistas científicas, además de otros muchos aspectos en un singular encuentro metodológico entre la historia del libro y la historia de la ciencia, ha sido analizado por Fernando García Naharro para el caso de las diversas revistas científicas y técnicas impulsadas por el patronato «Juan de la Cierva» del CSIC durante las décadas de 1940 y 1950. Así lo ha hecho en la tesis doctoral titulada «El papel de la ciencia. Publicaciones científicas y técnicas durante el franquismo (1939-1966)», y defendida con brillantez en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense el 21 de febrero de 2017 ante un tribunal presidido por Elena Hernández-Sandoica, e integrado también por los profesores e investigadores Jean-François Botrel, Agustí Nieto-Galán, Luis Enrique Otero Carvajal y el autor de esta bitácora. La tesis ha sido dirigida por Jesús A. Martínez Martín.

En las librerías mi tercera edición de Los tónicos de la voluntad de Cajal

Hace unos meses daba cuenta en esta bitácora -ver aquí- de la publicación por la editorial Gadir de la segunda versión de la edición que preparé en su momento, allá por 2005, de la obra más difundida de Santiago Ramón y Cajal Los tónicos de la voluntad o Reglas y consejos sobre investigación científica.

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Pues bien esa segunda edición, lanzada al mercado a principios de 2015, se ha agotado en unos meses. Y el incansable editor de Gadir Javier Santillán, un amante de los libros que mima los productos difundidos por su empresa, se ha embarcado en la publicación de una tercera edición de esa gran obra cajaliana que fue Los tónicos de la voluntad. En ella el mejor investigador español de todos los tiempos vertió sus reflexiones sobre las cualidades que ha de tener un científico creativo y sus consideraciones sobre la política científica de su tiempo, el más fértil en la historia científica de nuestro país, plagada de altibajos y vaivenes como mostré en mi Breve historia de la ciencia española, publicada por Alianza editorial allá en 2003.

Ahora con el fin de darle un carácter novedoso a este tercer esfuerzo que hace Gadir para promocionar las Reglas y consejos sobre la investigación científica he decidido añadir dos anexos documentales que pueden ayudar a entender mejor, a mi modo de ver, los contextos de elaboración y circulación de esa obra de Cajal, cuya estructura inicial fue el armazón de su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, allá por 1897, y que enriquecería en sucesivas ediciones a lo largo del cuarto de siglo posterior.

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El primer texto corresponde a una interesante entrevista que le hizo a Cajal un médico y periodista jienense, antiguo alumno suyo, en las páginas de La Ilustración Española y Americana de hace un siglo. En ellas el premio Nobel de Medicina y Fisiología de 1906 reflexionó sobre las relaciones científicas entre España y la América latina, que él procuró estimular desde la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, el organismo promotor de una política científica y educativa dirigido por él durante más de dos décadas desde su fundación en 1907.

El segundo documento es la necrológica, muy sentida, que hizo en 1918 Cajal días después del fallecimiento de uno de sus discípulos más prometedores y talentosos como fue el médico e investigador bilbaíno Nicolás Achúcarro (Bilbao/Bilbo 14 de junio de 1880-Guecho/Guetxo 23 de abril de 1918), fallecido en plena madurez científica cuando aún no había cumplido los 38 años. Este elogio fúnebre fue pronunciado originariamente en el seno de la Sociedad española de Biología y reproducido inmediatamente en las páginas del semanario España cuando ya no lo dirigía su fundador José Ortega y Gasset sino el futuro dirigente del PSOE Luis Araquistáin.

A continuación reproduzco lo que sostengo en esta nueva edición de Gádir para justificar mi elección de este texto de Cajal como elemento enriquecedor del nuevo esfuerzo editorial de Gadir y de su impulsor Javier Santillán.

Su necrología de Achúcarro, seguramente uno de los lectores de esa obra [Los tónicos de la voluntad], constituye otra prueba de la claridad y concisión de los escritos científico-literarios de Cajal que tanta admiración produjo entre sus coetáneos e interés en la ciudadanía de nuestro tiempo. Cabe considerar asimismo que en Achúcarro pudo ver Cajal el mejor ejemplo de los nuevos científicos que lograron aplicar en su práctica investigadora las reglas y consejos que él expuso en 1897 en su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, germen del libro que tiene el lector en sus manos. Orientaciones en las que Cajal expuso su idea-fuerza de que los males de la patria se podían sanar con el trabajo paciente y perseverante en el laboratorio, donde los investigadores tenían que simultanear una tarea patriótica con una labor cosmopolita, como hicieran los mismos Cajal y Achúcarro. El hecho de que Cajal viese en Achúcarro una especie de alter ego explica también que luchase con todas sus fuerzas para reincorporarlo al incipiente sistema científico español de principios del siglo XX taponando la fuga de un cerebro privilegiado.

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Actores de la política científica de Portugal y España

 El 10 y el 11 de diciembre de 2015 he participado en un coloquio organizado en Lisboa por el Arquivo de Ciencia e Tecnologia de la Fundaçao para a Ciência e a Tecnologia de Portugal dedicado  a analizar los discursos, las estrategias, los intereses de relevantes actores de la política científica portuguesa de la Primera República, del Estado Novo y del nuevo Portugal democrático, en el que ha descollado la labor de Mariano Gago, recientemente fallecido. Pero lamentablemente la intervención destinada a analizar las tareas de Mariano Gago en la reciente política científica portuguesa se canceló porque la persona que iba a asumir esa responsabilidad,  la historiadora María Fernanda Rollo, había sido elegida recientemente Secretaria de Estado de Ciencia, Tecnología y Educación Superior del nuevo gobierno socialista portugués, y por problemas de agenda no pudo acompañarnos en el coloquio.

Ciclo Atores

Los organizadores – Paula Meireles, Tiago Brandao, Madalena Ribeiro y Maria Fernando Rollo- estimaron conveniente que junto al análisis de destacados actores de la política científica portuguesa se efectuara también una presentación de la labor de Santiago Ramón y Cajal en la política científica española del primer tercio del siglo XX, dada la honda influencia que tuvo la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, el organismo que presidió Cajal durante más de un cuarto siglo, en la Junta de Educaçao Nacional, creada en Portugal en 1928 por el Ministerio de Instrucción Pública para apoyar la investigación científica y los trabajos de lo investigadores portugueses. Esa presentación la efectué en la conferencia inaugural del coloquio en la que me apoyé en un power point que se puede consultar aquí.

En esos dos días de intercambio de experiencias con colegas portugueses he podido constatar el buen estado de salud de la historia de la ciencia en Portugal, de lo que ya informé en otro post anterior. Así, gracias a las intervenciones de varios colegas, he tenido ocasión de aprender de la labor desarrollada por los siguientes protagonistas de la política científica portuguesa del siglo XX.

Tiago Brandao presentó a Augusto P. Celestino da Costa (1884-1950), destacado integrante de la generación médica portuguesa de 1911 que renovó la enseñanza superior en su país. Fue un  admirador de la obra científica y política de Cajal.

Celestino da Costa

Celestino da Costa

Se formó científicamente al lado de Mark Athias en la Escuela Médico-Quirúrgica de Lisboa e hizo estudios de especialización en Berlín. Fue director de la Facultad de Medicina de Lisboa entre 1935 y 1942 y cofundador del Instituto de Histología y Embriología, campo científico en el que hizo contribuciones notables. Fue uno de los pioneros de la organización de la investigación científica en el Portugal del siglo XX llegando a ocupar, entre otras funciones dirigentes, la presidencia de la Junta de Educaçao Naciona (JEN), y después de su organismo sustituto: el Instituto de Alta Cultura (IAC) creado en 1936. Ayudó a fundar varias sociedades científicas vinculadas a las Ciencias Naturales, a los estudios pedagógicos y a la educación. Fue separado de su cátedra por el Gobierno en la purga política que llevó a cabo en las universidades portuguesas en junio de 1947, pero se le reintegró en sus funciones docentes enseguida después de ser tomado en cuenta su recurso de apelación.

Ana Cristina Martins analizó la labor del antropólogo y arqueólogo Antonio A.E. Mendes Correa (1888-1960) como destacado representante de la ciencia colonial portuguesa. Participó activamente en la exposición colonial de Oporto en 1934 y en el Congreso colonial portugués de 1949; se interesó por las ruinas portuguesas de Africa del Sur; intervino en la Junta de las Misiones Geográficas en Mozambique, fue director de la Escuela superior colonial.

Francisco Miguel Araujo dio cuenta de la trayectoria intelectual y la carrera académica de Amandio Joaquim Tavares (1900-1974), cuya labor científica se llevó a cabo fundamentalmente en el Instituto de Anatomía de Oporto, y en el Centro de Estudios de Anatomía Patológica creado en esa ciudad en 1941. Como gestor científico dirigió durante un cuarto de siglo, entre 1942 y 1967, el IAC (Instituto de Alta Cultura), promoviendo colaboraciones con universidades españolas e instituciones científicas como el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) por lo que el régimen franquista le distinguió con la condecoración de Alfonso X el Sabio en 1946 y la medalla al Mérito Civil en 1953. Fue además rector de la Universidad de Oporto entre 1946 y 1961. En este año publicó el trabajo O Instituto de Alta Cultura e Investigaçao Cientifica em Portugal.

El segundo día del coloquio, el viernes 11 de diciembre, se inició con la conferencia de José Luis Assis sobre Kaulza de Arriaga (1915-2004), conocido en la sociedad portuguesa por sus actividades como militar ya que dirigió en Mozambique a principios de la década de 1970 las operaciones bélicas contra el FRELIMO, el movimiento de liberación nacional mozambiqueño.  Pero Kaulza de Arriaga, que hizo estudios de Matemáticas e Ingeniería en la Universidad de Oporto tras haber sido Subsecretario de Aeronáutica entre 1955-1961, en el período en el que Portugal firmó su adhesión al Tratado fundacional de la OTAN el 4 de abril de 1959, fue nombrado presidente de la JEN, la Junta de Energía Nuclear de Portugal, cargo que ocupó entre 1967 y 1969 y 1973-1974. Durante su presidencia la JEN desplegó una muy activa política internacional, llevando a cabo acuerdos diversos con varios países europeos, Brasil, Africa del Sur, y España. En abril de 1968 se efectuaron conversaciones para la cooperación nuclear luso-española y en septiembre de ese mismo año Kaulza de Arriaga visitó instalaciones nucleares españolas, elaborando un amplio informe de su inspección que se conserva en los archivos de la Junta de Energía Nuclear portuguesa.

Leite Pinto

Francisco de P. Leite Pinto

Continuó el coloquio con la conferencia de Tiago Brandao: Francisco de P. Leite Pinto (1902-2000). Os pressupostos da «politica cientifica nacional» em Portugal. Este ingeniero, entusiasta de las invenciones técnicas, tuvo también una amplia cultura histórica. Se formó como ingeniero-geógrafo en Lisboa y París, donde fue «bolseiro» o becario de la Junta de Educaçao Nacional entre 1929 y 1934. Al regresar a su país inició una intensa carrera académica y política. Entre 1934 y 1940 fue secretario del Instituto de Alta Cultura, que sustituyó en el Estado Novo a la Junta de Educaçao Nacional. A partir de 1940 desempeñó una cátedra en la Universidad Técnica de Lisboa. Entre 1955 y 1961 fue ministro de Educación Nacional impulsando una reforma de la enseñanza técnica. En 1964 formó parte del Consejo de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Tras crearse la JNICT en 1967 fue nombrado inmediatamente su presidente el 22 de julio de 1967. Leite Pinto, cuyo pensamiento osciló entre la tecnocracia y el humanismo cristiano, fue uno de los destacados impulsores de la política científica nacional del Estado Novo. El 25 de abril de 1974 se exilió primero a Francia y luego al Brasil de donde retornaría años después a Portugal.

Abreu Faro

 

La última conferencia la impartió María Inés Queiroz quien presentó las actividades de Manuel José C.P. de Abreu Faro (1923-1999), destacado investigador,  promotor de las telecomunicaciones portuguesas y organizador del sistema científico-técnico de su país. Este ingeniero electrotécnico inició su carrera académica como asistente en una cátedra y laboratorio de medidas eléctricas entre 1947 y 1956. A partir de ese año asumió una cátedra de Telecomunicaciones realizando investigaciones sobre frecuencias acústicas y efectuando en 1962 y 1965 varios viajes a diversos países europeos como Francia, Holanda e Inglaterra para actualizar sus conocimientos. En la segunda mitad de la década de 1960 se convierte en una de las figuras clave de la política científica portuguesa acumulando responsabilidades. En 1964 elabora un estudio sobre la enseñanza superior en Portugal y es nombrado vicepresidente del Instituto de Alta Cultura. En 1966 asume la presidencia de la comisión de estudios de Energía Nuclear. En 1967 al crearse la Junta Nacional de Investigaçao Cientifica e Tecnológica (JNICT) es designado vicepresidente de ese organismo. En 1971 es designado subsecretario de Estado de Administración Escolar. A lo largo de esa carrera de gestor científico insistió, tal y como expuso en un importante discurso de 1968, en la centralidad que debía de tener la ciencia en los ámbitos educativo y económico de su país.

El coloquio finalizó con una mesa redonda sobre la gestión del legado de los científicos en la que intervinieron José Pedro David Ferreira, hijo del médico histologista José Francisco David Ferreira (1929-2012), discípulo de Celestino da Costa, Pedro Penteado, director de los servicios de archivística de la Dirección General del Libro, los Archivos y las Bibliotecas del gobierno portugués, Tiago Brandao y Tiago Santos Pereira, de la Fundaçao para a Ciência e a Tecnologia.

Tras la mesa redonda tuve la oportunidad de hacer una visita, guiado por Paula Meireles, a la biblioteca de la Fundaçao para a Ciencia e a Tecnologia, cuyo catálogo on line se puede consultar aquí  y a las magníficas instalaciones del Arquivo de Ciência e Tecnologia, en cuyos cuatro kilómetros lineales de documentación se custodia gran parte de la memoria de la ciencia portuguesa contemporánea. Parte de esos materiales están accesibles on line como puede comprobar quien visite su sitio web (ver aquí)

Arquivo FCT

Addenda: Todas las intervenciones del coloquio se pueden escuchar aquí.

Noticias sobre la exposición «La ciencia de la palabra» y su catálogo

La exposición La ciencia de la palabra. Cien años de la Revista de Filología Españolaque se puede visitar en las instalaciones del Centro Cultural Conde Duque de Madrid entre el 24 de julio y el 27 de septiembre de este año de 2015, conmemora el centenario de una publicación científica, nacida en 1914 poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Esta pionera revista científica nació con el propósito de fortalecer la ciencia filológica española y facilitar su comunicación con la filología practicada en los mejores centros de investigación mundiales.

Revista de Filologia Española

Cómo se representó en 1927 la labor de la Revista de Filología Española en las páginas de La Gaceta Literaria de Ernesto Giménez Caballero

La Revista de Filología Española constituyó el primer resultado colectivo de las investigaciones llevadas a cabo en el seno del Centro de Estudios Históricos, una de las principales instituciones creadas en 1910 por la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas fundada a su vez en 1907. Surgió en un momento de indudable dinamismo en la cultura científica española del que voy dando noticias en mi blog Jaeinnova.

El visitante que recorra esta exposición, cuyos comisarios son Pilar García Mouton, profesora de investigación del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del CSIC y el filológo Mario Pedrazuela,  se encontrará en su parte inicial con una presentación de las actividades de las diferentes secciones del Centro de Estudios Históricos (CEH) en el que sobresalió la sección de Filología, gracias al liderazgo científico de Ramón Menéndez Pidal, y al eficaz trabajo de Tomás Navarro Tomás, el impulsor y gestor eficaz de la mencionada revista, y creador de otras importantes iniciativas de ese grupo de filólogos que se aglutinó en el CEH para poner en práctica una cultura de la precisión que elevase el nivel científico de la sociedad española. También colaboraron de manera entusiasta con ese tandem una importante cohorte de filólogos como Américo Castro, Amado Alonso, Antonio García Solalinde, y el mexicano Alfonso Reyes, en la etapa inicial de la revista, entre otros.

Tres empresas impulsó Tomás Navarro Tomás con denuedo, ilusión y gran capacidad de trabajo: el Laboratorio de Fonética, el Archivo de la Palabra y el Atlas Lingüistico de la Península Ibérica. Y así en la segunda sección de la exposición el visitante tiene la oportunidad de: apreciar las características de los principales instrumentos usados por ese laboratorio -entre los que hay un gramófono, un quimógrafo, un patalógrafo y un magnetófono, entre otros-; oir las grabaciones registradas para el Archivo de la Palabra donde podemos acceder a las voces de representantes de la ciencia y la cultura de la época republicana como Santiago Ramón y Cajal o Miguel de Unamuno entre otros muchos; y comprobar los pasos que se dieron para hacer el Atlas Lingüistico de la Península Ibérica.

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Un quimógrafo portátil incluido en la exposición.

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Otros instrumentos del Laboratorio de Fonética expuestos en la exposición La ciencia de la palabra

Las encuestas realizadas para hacer ese Atlas recogen una extraordinaria cantidad de información sobre el habla de la población española en el período anterior a la guerra civil, y sobre costumbres populares que han llamado la atención de periodistas que han visitado la exposición, como Peio H.Riaño, autor del interesante texto «Churruchú, por tí me meo«. (ver aquí).

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Lorenzo Rodríguez-Castellano encuestando en Codos (Zaragoza), para el Atlas Lingüístico de la Península Ibérica, entre 1931-1936. (CSIC)

La tercera parte está dedicada a mostrar la trayectoria de la Revista de Filología Española, marcada históricamente por la Guerra Civil y los difíciles años de la posguerra. Diversos documentos muestran los ímprobos esfuerzos realizados por Tomás Navarro Tomás, alto cargo republicano en Valencia durante la guerra «incivil», y por Rafael Lapesa en Madrid para lograr la publicación de la revista en medio de las penurias y los bombardeos que sufría el Madrid resistente antifascista. En medio de un sinfín de dificultades consiguieron publicar los dos primeros cuadernos del tomo XXIV de la Revista correspondiente al año 1937.

Cierran la exposición tres audiovisuales de gran valor documental.

Uno de ellos corresponde a la parte dedicada al Centro de Estudios Históricos, que ocupa del minuto 28 al 33 aproximadamente, de la película propagandística ¿Qué es España? de finales de la década de 1920 que se restauró hace una década por el IVAC de la Generalitat Valenciana.

Otros dos se relacionan con tradiciones populares y aspectos de la vida rural de diversas partes de España como uno dedicado al cultivo del azafrán en La Mancha, en concreto en La Roda (Albacete), tierra natal de Tomás Navarro Tomás.

Y concluye este paseo por cien años de filología en la España contemporánea con una emotiva entrevista a Tomás Navarro Tomás, sillón h de la Academia Española, realizada en 1974 durante su exilio en Estados Unidos, país que le acogió tras su penosa salida de España en el invierno de 1939 y de donde no regresó.

TNT en RTVE

La exposición se complementa con el catálogo homónimo La ciencia de la palabra. Cien años de la Revista de Filología Española, editado por Pilar García Mouton y Mario Pedrazuela Fuentes, y publicado por el CSIC (Madrid 2015).

El índice de la obra es el siguiente. En paréntesis se indica la paginación.

Presentaciones (9).- La Revista de Filología Española y la modernización de los estudios filológicos en España (13).- Nota de los editores (17).

Leoncio López-Ocón, La dinámica investigadora del Centro de Estudios Históricos de la JAE (19). (ver aquí)

Mario Pedrazuela, La modernización de los estudios filológicos en España: la Sección de Filología del Centro de Estudios Históricos (55).

José Ignacio Pérez Pascual, Breve historia de la Revista de Filología Española (91).

Ángel Gómez Moreno, La Edad Media en la Revista de Filología Española (143).

Pilar García Mouton, Los trabajos del Atlas Lingüistico de la Península Ibérica (ALPI) y la Revista de Filología Española (175).

Mariano Quirós García, «El pueblo que se aísla no tiene derecho a vivir. La sección de Bibliografía de la Revista de Filología Española (1914-1937) (209).

Carlos Domínguez, El Boletín de la Real Academia Española (BRAE) (241).

ciencia palabra

En las librerías mi segunda edición de Los tónicos de la voluntad de Cajal

En el año 2005 la editorial Gadir, premio a la mejor labor editorial cultural en el año 2009 concedido por el Ministerio de Cultura, publicó mi primera edición de Los tónicos de la voluntad. Reglas y consejos sobre investigación científica de Santiago Ramón y Cajal, considerada  por Antonio Calvo Roy «lo más parecido a una edición crítica de la obra con un estudio con varias miradas diferentes». (ver aquí).

En efecto aquella edición de hace diez años estaba formada por el siguiente corpus de textos.

Por una parte la reproducción del libro tal y como lo presentó Cajal a sus lectores en su edición de 1923, sustancialmente distinta a su edición de 1899 financiada por su amigo el médico hispano-cubano doctor Lluria que tomó como base su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales pronunciado en la sesión del 5 de diciembre de 1897 con el título de Fundamentos racionales y condiciones técnicas de la investigación biológica. 

Publicidad del sanatorio establecido por el amigo de Cajal, el Dr. Lluria, en tierras gallegas

Publicidad del sanatorio establecido por el amigo de Cajal, el Dr. Lluria, en tierras gallegas

Esa edición de 1899 finalizaba con un Post Scriptum que Cajal suprimiría en ediciones posteriores, pero que es muy revelador del impacto que tuvo el desastre de 1898 en su mentalidad, y en sus actitudes regeneracionistas. En 2005 decidí incluir ese texto en la edición que hizo Gadir. De manera que el índice de la obra de Cajal, editada hace diez años, quedó de esta manera:

– Prólogo de Santiago Ramón y Cajal a la segunda edición del libro, de 1899, que él denominó originariamente Reglas y consejos sobre la investigación biológica. Este prólogo lo incorporó a las siguientes ediciones.

Capítulo 1.- Consideraciones sobre los métodos generales.- Infecundidad de las reglas abstractas.-Necesidad de ilustrar la inteligencia y de tonificar la voluntad.- División de este libro

Capítulo 2.- Preocupaciones enervadoras del principiante.- (Admiración excesiva. Agotamiento de la cuestión. Devoción a la ciencia práctica. Deficiencia intelectual).

Capítulo 3.- Cualidades de orden moral que debe poseer el investigador.

Capítulo 4.- Lo que debe saber el aficionado a la investigación biológica.

Capítulo 5.- Enfermedades de la voluntad.

Capítulo 6.- Condiciones sociales favorables a la obra científica.

Capítulo 7.- Marcha de la investigación científica

Capítulo 8.- Redacción del trabajo científico

Capítulo 9.- El investigador como maestro

Capítulo 10.- Deberes del Estado en relación con la producción científica.- (Nuestro atraso científico y sus causas pretendidas.- Explicaciones físicas, históricas y morales de la infecundidad científica española.- Los remedios).

Capítulo 11.- Órganos sociales encargados de nuestra reconstrucción.- (Pensionados en el extranjero.- Importación de profesores.- Creación de Colegios españoles en las principales ciudades universitarias de Europa).

Post Scriptum (de la edición de 1899 que Cajal suprimió en ediciones posteriores).

Ese corpus cajaliano fue completado en la edición de 2005 con un variado aparato crítico. Por una parte con una amplia introducción en la que explicaba por qué esa obra tuvo una extraordinaria circulación en España y en el mundo, pues fue y sigue siendo traducida a múltiples lenguas, desde el alemán al japonés, desde el inglés al serbio. También con un retrato literario que hiciera Juan Ramón Jiménez de la personalidad de Cajal, y con una galería iconográfica procedente del fondo Alfonso del Archivo General de la Administración. Y finalmente con un anexo documental precedido por una guía en la que explicaba por qué  los ocho textos y documentos que había seleccionado como editor podían ayudar a entender el contexto de producción y circulación del más importante «best seller» de Cajal, considerado uno de los más significativos libros de prosa didáctica en lengua castellana.

Cajal manipulando un microtomo

Cajal manipulando un microtomo

Esos ocho documentos que enriquecían la edición de 2005 eran los siguientes:

1. El «doctor Cajal» por José Rodríguez Mourelo

2. Curriculum vitae enviado por Cajal hacia 1899 al Dr. J. Pagel

3. «Cajal, fotógrafo» por Francisco Tello

4. «La obra literaria de Cajal» por Melchor Fernández Almagro

5. Traducción al español (por Paloma Calle) del prólogo de Cajal  a la primera edición en alemán de Regeln und Ratschläge Zur wissenschaftlichen  Forschung (Reglas y consejos sobre investigación científica)

6. Traducción al español (por Paloma Calle) de la presentación de Desiderio Miskolczy a la primera edición de Regeln und Ratschläge Zur wissenschaftlichen  Forschung (Reglas y consejos sobre investigación científica)

7. Una gran pérdida para España. Ha muerto D. Santiago Ramón y Cajal. Editorial del periódico El Sol.

8. Traducción al español (por Paloma Calle) de la necrológica de Desiderio Miskolczy, Don Santiago Ramón y Cajal 1852-1934.

La nueva edición de Gadir de Los tónicos de la voluntad de Cajal, nombre con el que se conoce la obra a partir de su edición en 1916, que acaba de llegar a las librerías, ofrece nuevas aportaciones.

portada libro Cajal

Dispone de una nota preliminar en la que se ofrece información adicional sobre la recepción de esta obra en Europa y América latina, y se expone sucintamente los avances habidos en el conocimiento de la obra cajaliana en la década transcurrida entre las dos ediciones.

Y en el anexo documental se ofrecen dos textos adicionales que nos permiten conocer sus opiniones ante el conflicto bélico que asolaba Europa hace un siglo, y  las relaciones entre la ciencia y la guerra, y reflexiones variadas sobre la educación como elemento que tendría que favorecer la autorreflexión de los individuos.

En efecto estos dos textos que enriquecen esta nueva edición de 2015 son:

– la entrevista que le hizo José Ortega y Gasset, publicada el 12 de febrero de 1915 en el número 3 del semanario España, el principal portavoz de las aspiraciones políticas de la generación del 14, como he señalado recientemente en un post de mi blog Jaeinnova. Cuaderno de investigación de las reformas educativas y científicas en la era de Cajal. (ver aquí). Quizás en esa entrevista quepa hallar las razones por las que semanas después desistió Cajal de firmar el manifiesto redactado por Ramón Pérez de Ayala en el que un grupo de intelectuales tomaba partido por la causa de los aliados y que le hiciese llegar a Cajal Gustavo Pittaluga (1876-1956), según sabemos por los diarios de Azaña, tal y como ha expuesto recientemente Santos Juliá en su texto «La nueva generación: de neutrales a antigermanófilos pasando por aliadófilos» (ver aquí).

– y los pensamientos de tendencia educativa, título que dio a su colaboración en el Archivo de la Palabra, el gran proyecto del fonetista del Centro de Estudios Históricos de la JAE Tomás Navarro Tomás, entre cuyos objetivos se encontraba el registro de testimonios autofónicos de destacadas personalidades de la cultura española de la época republicana. La participación de Cajal revela cómo mantuvo hasta el final de sus días una voluntad pedagógica que caracterizó su quehacer como investigador y profesor, según analicé hace unos años (ver aquí).

contraportada libro Cajal

La educación secundaria en la España del primer tercio del siglo XX a través del libro Aulas modernas

Ya está accesible en su versión digital el libro Aulas modernas. Nuevas perspectivas sobre las reformas de la enseñanza secundaria en la época de la JAE (1907-1939) (ver aquí). La obra, editada por el autor de esta bitácora, ha sido publicada por la editorial Dykinson y Universidad Carlos III de Madrid en el marco de su programa de Historia de las Universidades del Instituto Figuerola. En ella se ofrece un renovado enfoque sobre el desarrollo de la enseñanza secundaria en la sociedad española del primer tercio del siglo XX.

portada y contraportada Aulas modernas

Sus nueve contribuciones aportan nuevos conocimientos sobre dos aspectos significativos de las reformas e innovaciones que promovió la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para mejorar la calidad de ese nivel educativo.

Los autores de esta obra colectiva ofrecen, por una parte, relevante información sobre la labor de un amplio grupo de profesores que introdujeron innovaciones en la práctica docente de asignaturas como las ciencias naturales, la geografía, la psicología, y la lengua y literatura. Por otro lado presentan diversos análisis de casos para dar a conocer el considerable esfuerzo efectuado por la Segunda República para elevar la calidad de la enseñanza secundaria e incrementar las tasas de escolarización abriendo sus aulas a las mujeres de manera decidida.

Aula ILE

Un aula de la Institución Libre de Enseñanza. enero de 1933. Fotografía de Vicente Sos. Cortesía de Alejandro Sos Paradinas. Ilustra el capítulo de Santos Casado en el libro Aulas modernas

Esta obra poliédrica, donde han confluido historiadores de la ciencia y de la educación, pretende por tanto ayudar a conocer mejor el sistema educativo público español y la historia de su educación secundaria que durante largo tiempo ha sido el “pariente pobre” de la investigación histórico-educativa.

Su índice es el siguiente:

I. Introducción. Reflexiones sobre la modernidad en las aulas de bachillerato en el primer tercio del siglo XX: Leoncio López-Ocón
1. El primer tercio del siglo XX: la fase dorada de una etapa educativa
2. Un nuevo tipo de catedrático y catedrática de instituto
3. Nuevos métodos docentes
4. Consideraciones finales
5. Bibliografía

II. Los premios Ribera: el mecenazgo privado en los tiempos de
la institucionalización de la actividad científica en España: Santiago Aragón Albillos
1. Emilio Ribera, profesor de secundaria
2. El Museo de Ciencias Naturales de Madrid y los profesores de enseñanza secundaria
3. Emilio Ribera en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid
4. El premio Ribera
5. Los premiados
6. A favor de los alumnos pobres y sobresalientes
7. Bibliografía y apéndice

caricatura-de-emilio-ribera_1894

Caricatura de Emilio Ribera hacia 1894, proporcionada por José María Azkárraga. Publicada originariamente en el libro de Carles Sirera Miralles «Un título para las clases medias»

 

III. La renovación de la enseñanza de la geografía en las
aulas de bachillerato en los primeros años del siglo XX: Leoncio López-Ocón
1. Consideraciones preliminares
2. El contexto de los inicios de una labor renovadora
en la enseñanza de la geografía
3. La defensa de una disciplina en construcción
4. ¿Cómo enseñar una geografía renovada?
5. La mejora de dotación de material científico
6. La visualización del mundo y del país en las aulas de bachillerato y de otros centros educativos
7. Conclusiones
8. Anexos y bibliografía

Moreno Lopez 6 Japón

Geografía descriptiva. El Japón. Atlas escolar de Eduardo Moreno López, Barcelona, 1912

 

IV. Modernidad y fatiga en las escuelas españolas. Los instrumentos de la psicotecnia y la cultura de la eficacia en la época de la JAE (1907-1936): Víctor Guijarro Mora
1. La psicología aplicada: entre la fábrica, el laboratorio y la escuela
2. Máquinas y metáforas
3. Geografía de la fatiga en España o la inserción social
del ergógrafo
4. Conclusión
5. Bibliografía

Lámina I. Víctor Guijarro. Modernidad y fatiga

Ergógrafo de Mosso

 

V. La influencia del Centro de Estudios Históricos en la modernización de los estudios literarios y lingüísticos: Mario Pedrazuela Fuentes
Introducción
1. La enseñanza de la lengua y la literatura en el siglo XIX
1.1. Las aportaciones de Giner de los Ríos y la ILE en la enseñanza literaria
2. El Centro de Estudios Históricos y la reforma de la enseñanza de la lengua y la literatura
3. El Instituto-Escuela, banco de pruebas de una nueva enseñanza Literaria
3.1. Una colección de lectura: la Biblioteca Literaria del Estudiante
Conclusión
Bibliografía

Don Juan Manuel

VI. Las primeras mujeres catedráticas de institutos de enseñanza secundaria en España durante la dictadura de Primo de Rivera y su relación con la JAE:
Natividad Araque Hontangas
1. Introducción
2. La incorporación de las primeras profesoras y catedráticas a los Institutos de enseñanza secundaria (1911-1928)
3. Catedráticas en los institutos femeninos creados al final de la dictadura de Primo de Rivera en Madrid y Barcelona
4. Una visión panorámica de las primeras catedráticas de los institutos de enseñanza secundaria
5. Noticias biográficas de un grupo de catedráticas pioneras
6. Conclusiones
7. Bibliografía

Carmen Vielva Otorel, una de las primeras catedráticas de Instituto. Fotografía procedente del archivo histórico del IES Jorge Manrique de Palencia

Carmen Vielva Otorel, una de las primeras catedráticas de Instituto. Fotografía procedente del archivo histórico del IES Jorge Manrique de Palencia

VII. La incorporación de las mujeres a la educación secundaria durante la Segunda República: un estudio de caso sobre el Instituto Quevedo de Madrid: Rebeca Herrero Sáenz
1. Introducción
2. La incorporación de las mujeres a la educación secundaria durante
la primera mitad del siglo XX: el papel de la Segunda República
2.1 Evolución de la red de centros públicos de enseñanza secundaria en España (1909-1950)
2.2 Evolución del número de estudiantes matriculados en enseñanza secundaria en España (1909-1950)
2.3 Evolución del porcentaje de alumnas de enseñanza secundaria en España (1909-1950)
2.4 Panorámica general de la evolución de la enseñanza secundaria en España en la primera mitad del siglo XX.
3. El Instituto Quevedo de Madrid: un estudio de caso
3.1 Creación e historia del Instituto Nacional de Segunda Enseñanza Quevedo
3.2.Las mujeres en el Instituto Quevedo: las profesoras
3.3. La presencia femenina en el alumnado del Instituto Quevedo
4. Reflexiones finales
5. Bibliografía

Fachada del palacio de Altamira de Madrid en el nº 8 de la c/ de la Flor Alta en el distrito centro de Madrid. Sede del instituto republicano Quevedo.

Fachada del palacio de Altamira de Madrid en el nº 8 de la c/ de la Flor Alta en el distrito centro de Madrid. Sede del instituto republicano Quevedo.

 

VIII.  Los institutos republicanos madrileños (1931-1939) y su plantilla de
Catedráticos: Vicente José Fernández Burgueño
1. Introducción
2. El Instituto Cervantes
3. Las primeras medidas del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes a favor de la segunda enseñanza
4. La suspensión de la Compañía de Jesús
5. Los institutos de segunda enseñanza creados en 1932
6. La ley de confesiones y congregaciones religiosas
7. Nuevos institutos en Madrid en 1933
8. Un intento fallido. El Instituto Elcano
9. Los catedráticos de los institutos madrileños
10. La guerra civil: el principio del fin
11. Clausura de los institutos republicanos madrileños
12. Depuración y diáspora del profesorado
13. Conclusiones
14. Bibliografía

Interior del IES Cervantes de Madrid en el que impartió clases en el curso 1935 1936 como catedrático de Francés Antonio Machado

Interior del IES Cervantes de Madrid en el que impartió clases en el curso 1935 1936 como catedrático de Francés Antonio Machado

IX. Guillermo Díaz-Plaja: la enseñanza de la lengua y la literatura en Cataluña en el contexto de la JAE: Juana María González García
1. Introducción
2. Algunos datos biográficos
3. El Institut-Escola de la Generalitat y el Institut-Escola Pi i Margall
4. Las colaboraciones de Díaz-Plaja en el Butlletí de l’Institut Escola de la Generalitat
5. Las publicaciones escolares de Guillermo Díaz-Plaja
6. Conclusiones
7. Bibliografía

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X. El geólogo Vicente Sos. Historia de vida de un profesor e investigador de la Junta para Ampliación de Estudios: Santos Casado
1. Vicente Sos y la escuela del Museo de Ciencias Naturales
2. La formación de un geólogo
3. En el Museo Nacional de Ciencias Naturales
4. Pensionado por la Junta
5. La Institución y su entorno
6. De la investigación científica a la enseñanza secundaria y viceversa
7. Ciencia en guerra
8. Exilio interior
9. Retorno y reparación
10. Obra e ideal
11. Bibliografía

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Vicente Sos durante una de las entrevistas, el 19 de diciembre de 1991. Fotografía de Santos Casado

 

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