Las novedades de la editorial Espasa-Calpe a principios de 1936

Antes de celebrarse la IV Feria del Libro, una de las iniciativas culturales promovidas por la Segunda República vividas como acontecimientos festivos (1) , la potente industria editorial española estaba en plena ebullición. En ese sector una de las empresas más dinámicas era la editorial Espasa-Calpe. Nacida en 1925 de la unión de la editorial Calpe,  creada en 1918 por el ingeniero vasco Nicolás Mª de Urgoiti, y la veterana Espasa, fundada en 1860 por Pablo y José Espasa Anguera, tenía en ella gran influencia el filósofo José Ortega y Gasset.

Dos anuncios, aparecidos respectivamente el sábado 8 y el jueves 13 de febrero de 1936 en la página que el diario El Sol dedicaba al mundo de los libros, han llamado mi atención. En el primero la editorial Espasa-Calpe daba cuenta de sus últimas novedades. En él se nos ofrece entonces útil información sobre la orientación que daba esa editorial a su catálogo en vísperas de las últimas eleccciones republicanas, celebradas el domingo 16 de febrero que supondrían un «tournant» decisivo en la historia republicana.

 

Anuncio sabado 8 febrero 1936

Este anuncio, en efecto, es revelador de la potencia editorial que tenía Espasa-Calpe a finales de la Segunda República, de sus estrategias publicitarias, de sus preocupaciones culturales y de la amplitud de su catálogo en el que simultaneaban obras científico-técnicas, libros fundamentales del pensamiento europeo y obras relevantes del ámbito cultural iberoamericano, tanto de autores españoles como latinoamericanos.  También nos orienta sobre su público potencial pues los precios de sus libros indican que sus posibles clientes tenían un alto poder adquisitivo.

El anuncio daba cuenta de dos libros de la Biblioteca Agrícola Española, debidos a dos ingenieros agrónomos sobre cuya importancia llamaba la atención el mencionado anuncio del jueves 13 de febrero.

Uno de ellos era  Rafael Font de Mora (1893-1978), quien había creado en 1934 el Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de Exportaciones del campo valenciano, convirtiéndose en un experto en la producción del naranjo, el principal producto de exportación hortofrutícola del Levante español. El otro, Manuel María Gayán que había sido director de la estación enológica, frutal hortícola de Calatayud y de la Granja Agrícola de Valladolid en las que adquirió experiencia y competencias para afrontar el encargo que le hiciese Espasa-Calpe para su Biblioteca Agrícola Española.

La obra de Rafael Font de Mora: El naranjo: su cultivo y explotación contenía abundantes ilustraciones, estaba encuadernada en tela y se vendía a siete pesetas. La oportunidad y utilidad de la obra venía dada, según sus editores, por las dificultades que estaba encontrando la exportación de ese producto estratégico en la balanza comercial española. En él se ofrecían una serie de consejos para obtener una gran variedad en su producción y garantizar la calidad de la fruta.

El naranjo 3

 

Por su parte la de Manuel María Gayán Horticultura general y especial, estaba muy ilustada, y se vendía a 14 Pts. Al publicitar la obra los editores señalaban que era un libro muy práctico para las tres clases de huerta: la familiar, la profesional y la industrial. En el libro se ofrecían reglas generales y métodos modernos para la instalación de huertas, métodos de cultivos, fertilización, riego, semillas, alternativas de plantas, tratamiento de enfermedades, Proporcionaba informaciones sistemáticas para triplicar y mejorar la producción de toda clase de hortalizas. E insistían en que era un libro de enorme valor para el horticultor.

horticultura-general-y-especial

 

De la colección de Clásicos Castellanos se anunciaba la edición crítica de una de las obras cumbres de la literatura picaresca: Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. Tal edición la efectuó  el catedrático del Instituto-Escuela, investigador del Centro de Estudios Históricos y ex pensionado de la JAE Samuel Gili Gaya, sobre el que dí una conferencia en el instituto homónimo de Lleida el 10 de diciembre de 2019 (ver aquí y aquí), y al que dediqué un artículo en compañía de mi colega y amigo Mario Pedrazuela en un ejemplar extraordinario de la revista Participación Educativa de 2011 (ver aquí). Esa gran edición constaba de cinco tomos y el precio de venta de cada uno de los volúmenes variaba según la calidad de la cubierta: en rústica seis pesetas; en tela ocho ; en piel diez pesetas.

La editorial Espasa-Calpe había adquirido la colección Clásicos Castellanos a ediciones La Lectura en 1930. Se convirtió entonces Domingo Barnés en su director literario. Este pedagogo, estrecho colaborador de Manuel Bartolomé Cossío, dio continuidad en sus nuevas funciones al propósito inicial de la Colección. Ese afán surgido en torno a 1910 gracias al impulso de Tomás Navarro Tomás y Américo Castro, los discipulos más directos de Ramón Menéndez Pidal, era el de hacer ediciones claras, correctas, con precisión y conciencia filológica de textos clásicos españoles. A lo largo de la dilatada trayetoria de la colección se llegaron a publicar más casi dos centenares de títulos (ver aquí).(2)

Mateo Aleman

 

De la Biblioteca de ideas del siglo XX dirigida por José Ortega y Gasset (3) se hacía publicidad de una nueva edición de la relevante obra de Enrique Wölfflin: Conceptos fundamentales en la historia del arte que con 121 grabados se vendía a 20 Pts. Su primera edición en castellano se había hecho en 1924, con traducción de José Moreno Villa.

Wolflin2

 

 

De la colección «Vidas españolas e hispanoamericanas del siglo XIX», que también impulsó José Ortega y Gasset dado su interés por la renovación del género biográfico y a la que dio un giro tras su segundo viaje a Argentina en 1928 para favorecer y potenciar el diálogo cultural transatlántico (4) , se dio noticia de dos recientes publicaciones.

Una correspondía a la autoría de Diego Hidalgo. Este notario de origen extremeño, militante del Partido Republicano Radical y ex ministro de la Guerra cuando se produjo la revolución de octubre en 1934 había efectuado un viaje a la Unión Soviética en 1929. Es  probable que entonces comenzase su interés por las aventuras de un paisano que llegaría a ser general del ejército ruso. Esa apasionante biografía la dio a conocer en su libro José Antonio de Sarabia. De estudiante extremeño general de los ejércitos del Zar, cuyo coste era de cinco pesetas.

El otro era obra del periodista y escritor mexicano Rafael F. Muñoz. Su biografía del presidente mexicano general Antonio López de Santa Anna , cuya figura dominó la historia política mexicana en el segundo cuarto del siglo XIX, también se vendía a 5 ptas.

Diego Hidalgo

 

Santa Anna_

 

El interés por el mercado hispanomericano de Espasa Calpe, que tenía una potente delegación en Buenos Aires, se revela asimismo en su apuesta por editar El diablo y la técnica, una selección de cuentos, impregnados de humorismo, del peruano Héctor Velarde, (1898-1989), un arquitecto que había vivido en la Argentina en la década de 1920, y cuya obra arquitectónica sería influyente en el Perú del segundo tercio del siglo XX a través de su labor académica y sus construcciones.

En la publcidad de la editorial se cometió una errata en el título al denominarlo «El hombre y la técnica» quitándole el toque de humor del libro, adoptado por su autor. El precio de la obra era de cinco pesetas

El diablo y la técnica de Hector Velarde_

 

Finalmente se mencionaba la obra del sacerdote y teólogo austriaco Franz Michel William La vida de Jesús en el país y pueblo de Israel. Publicada en alemán en 1932 se convirtió en un bestseller en su tiempo, traduciéndose a doce lenguas, entre ellas el español, gracias a Espasa-Calpe.  En ellla se presentaba al lector, de una manera ágil y atractiva, la vida y la persona de Jesús partiendo de los Evangelios. Benedicto XVI reconocería esa obra como una de sus fuentes de inspiración en el prefacio de su importante libro Jesús de Nazaret.

La obra de Franz Michel William era presentada por Espasa Calpe como la biografía cumbre sobre Jesús, la editó ilustrada con láminas y encuadernada en tela. Tan lujosa edición se vendía a un alto precio: 18 pesetas.

Vida de Jesus 2

 

Todos esos libros se podían adquirir en librerías y en la Casa del libro que tenía Espasa-Calpe, S.A. en su sede de la madrileña Avenida Pi y Margall nº7, actual Gran Vía.

 

Casa del Libro en 1923

Interior de la Casa del Libro en 1923

 

(1) Ana Martínez Rus, «Las Ferias del Libro de Madrid (1933-1936) como fiestas republicanas«, Cuadernos de Historia Contemporánea, 41, 18-39

(2) Ver Antonio Marco García, «Propósitos filológicos de la colección Clásicos castellanos de la editorial La Lectura (1910-1935)«, AIH ,Actas X, 1989

(3) Tal y como señala Azucena López Cobo en «Un proyecto cultural de Ortega con la editorial Espasa-Calpe (1918-1942)» en Revista de Estudios Orteguianos nº 26, 2013  p. 31 esa biblioteca editó ensayos de la cultura contemporánea como Geometrías no euclidianas: exposición histórico-crítica de su desarrollo de Roberto Bonola; Teoría de la Relatividad de Einstein de Max Born; Ciencia cultural y ciencia natural de Heinrich Rickert; La decadencia de Occidente de Oswald Spengler; Ideas para una concepción biológica del mundo de Jacob von Uexküll y los mencionados Conceptos fundamentales en la Historia del arte de Heinrich Wölfflin.

(4) Desarrolla estas cuestiones Jessica Cáliz Montes, «La colección ´Vidas Españolas e Hispanoamericanas del Siglo XIX», un lugar de encuentro entre España e Hispanoameríca», en Cuadernos de Aleph, 2013, nº 5, pp. 15-38.